En el siglo VII, en la ciudad italiana de Savona, se empezó a elaborar un jabón de aceite de oliva y en el siglo XV aparece el "jabón de Marsella", precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales.

La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural. Durante la II Guerra Mundial, los americanos desarrollaron un tipo de jabón que podía utilizarse con agua de mar, pensando en los marines. Pero lo más eficaz para luchar contra el mal olor, desde que el mundo es mundo, ha sido y sigue siendo el baño.

El baño tiene su origen en un rito purificador presente en todas las culturas desde el bautismo cristiano hasta la inmersión en las aguas del Ganges. Cada civilización ha tenido sus ritos: en Grecia, el baño precedía siempre cualquier ceremonia importante; en Roma se construyeron las temas, piscinas de mármol comunitarias convertidas en lugar de reunión; los árabes practicaban los baños más refinados y sibaritas e inventaron el haman, el baño de vapor; en la Edad Media, los baños públicos eran habituales para la plebe, mientras la aristocracia se daba "baños turcos", costumbre traída de Oriente por los cruzados, pero a finales del siglo XIII se prohibió la mezcla de sexos.

Durante el Renacimiento, se puso de moda, impregnarse en de fuertes perfumes que anulaban el mal olor corporal en lugar de lavarse.

Aunque se puede decir que la bañera como objeto es tan antigua como el hombre, su utilización masiva empieza en el siglo XIX, con el inicio de la distribución de agua por cañerías y la instalación de grifos. A partir de ese momento la industria del jabón alcanza un desarrollo sin precedentes. Los jabones fueron haciéndose cada vez más cómodos de utilizar, y a la vez que se convertían en objeto de consumo masivo perdían su calidad, cambiando su fórmula natural por una formulación química similar a la de los detergentes industriales o domésticos.

Hoy existen jabones para todos los gustos, de todas las calidades y precios: jabones con aceites y cremas hidratantes, perfumados, inodoros, sólidos, con textura de gel o de crema. Y hasta las grandes marcas de la cosmética hacen lanzamientos de perfume acompañándolos de una línea de baño con la misma fragancia.