La coalición del gobierno del presidente colombiano Alvaro Uribe ganó la mayoría de las 268 bancas del Senado y de la Cámara de Diputados en las recientes elecciones, y mantiene con ello el control de la Legislatura, en unos comicios que sirvieron como termómetro para las presidenciales. No importaron los errores del oficialismo.

Todo indica que los colombianos jamás olvidarán a Uribe. Prueba de ello es que previo a las votaciones, y no obstante los escándalos protagonizados por sus seguidores, en las calles de Bogotá se vendían con un éxito increíble miles de camisetas blancas que decían: "Gracias, presidente, Colombia lo quiere y no lo olvidará".

Desde que la Corte Constitucional decidió que una segunda reelección no era jurídicamente viable, quedó claro que en estas elecciones, en las cuales había más de 2400 candidatos, los apoyados por Uribe alcanzaron la mayoría. Todas las campañas políticas han utilizado como bandera los logros de un presidente que logró bajar el secuestro en un 85% y los homicidios en 65 por ciento. Prometían mantener lo logrado sin retroceder y en las urnas se ha visto la respuesta mensaje de los colombianos.

En este gobierno hubo escándalos que en otras circunstancias habrían acabado con la carrera política de cualquier presidente. Se supo, por ejemplo, cómo la policía secreta espió a miembros de la oposición, a periodistas y a intelectuales que le hacían contrapeso al gobierno. Y también se descubrió la maniobra de los militares que asesinaron a cientos de civiles para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate y así anunciar que la guerra contra las FARC se iba ganando.

Nada de eso le hizo mella a Alvaro Uribe, el presidente más popular en la última década, con 60% de aprobación tras ocho años de gobierno. Por eso a la hora de hacer balances, el Congreso, una de las instituciones más corruptas y con peor fama en América latina, también sale bien parada. A Uribe lo llaman el presidente con efecto teflón: todo lo resiste. Sin embargo las cifras también son elocuentes: diez legisladores condenados a penas de prisión por lazos con los paramilitares de extrema derecha y decenas más bajo sospecha de haber hecho pactos con esa fuerza. En total, casi un tercio del Congreso colombiano está respondiendo ante los tribunales por presuntos vínculos con los paramilitares.

La mayoría de los salpicados son uribistas, pero la ciudadanía colombiana optó por apoyar la coalición de Alvaro Uribe, un hombre que se destacó por trabajar más de 18 horas diarias y haber dado al país mayor seguridad.