>México no es Libia, Egipto o Túnez, pero tiene algo en común: una enorme masa de jóvenes desempleados que es centro de la violencia que azota a esos países. En el Norte de Africa, los jóvenes desocupados llevan a cabo revoluciones. En México, no tienen una agenda política, pero son una parte integral de la violencia de los cárteles de las drogas que ha dejado más de 30.000 muertes durante los últimos cuatro años. Ahora, este silencioso ejército de jóvenes mexicanos que ni trabajan ni estudian -conocidos como los "ni-nis"- está más en las noticias que nunca.
El tema mexicano es la controversial propuesta del gobernador del Estado de Chihuahua, César Duarte Jáquez, para que los "ni-nis" sean alistados para cumplir tres años de servicio pago en el ejército, a fin de sacar a esos jóvenes de las calles, les permita ganar un salario y acceder a los programas educativos. Muchos de ellos podrían encontrar una carrera permanente en las fuerzas armadas, afirmó. Pero esta propuesta suscitó una avalancha de críticas de diputados federales y periodistas. Unos dicen que llevaría a que miles de jóvenes sicarios de los cárteles inunden las filas del ejército. Otros dicen que sólo serviría para darles a millones de jóvenes desempleados un entrenamiento que luego pondrían al servicio de los narcos. Pero esto es un problema que no sólo azota a México, sino a toda Latinoamérica.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay 20 millones de jóvenes en Latinoamérica que ni trabajan ni estudian. De este total de "ni-ni", 16 millones ni siquiera están buscando trabajo porque han perdido toda esperanza de hallar empleo. El porcentaje de jóvenes entre 15 y 24 años que ni trabajan ni estudian es del 28% en Colombia, 24% en El Salvador, 21% en México, 20% en Perú, 19% en Argentina y 17% en Chile. En el caso de Argentina, la cifra probablemente es mayor, porque las estadísticas allí sólo miden el desempleo juvenil urbano, según la OIT.
¿Cómo solucionar el problema de los ni-nis? Entre los muchos programas interesantes destinados a sacarlos de las calles se cuenta el plan "Prepa-Si", de la Ciudad de México, que ofrece unos U$S 45 por mes a los estudiantes secundarios para que sigan yendo a la escuela. Bajo este programa, la ciudad le paga el dinero a los estudiantes, lo que también ayuda a que los jóvenes aprendan a manejar sus propias cuentas. Otro programa que se lleva a cabo en 11 países latinoamericanos es "A Ganar", en parte financiado por el BID. Este plan usa el fútbol y otros deportes de equipo como anzuelo para poner a los jóvenes marginales a aprender oficios.
todas las universidades latinoamericanas sólo ofrecen carreras tradicionales de cinco años de duración, como abogacía o medicina.
En Singapur me sorprendió ver que el Estado destina tantos o más fondos a las escuelas vocacionales que a las universidades. El 25% de los jóvenes de Singapur asisten a esas escuelas vocacionales. Representan una excelente ayuda para reducir el número de "ni-ni" latinoamericanos.
"AL IGUAL que en el norte de Africa, el desempleo juvenil es un problema serio en América latina. Es algo que tiene grandes consecuencias en términos de gobernabilidad y democracia en todos los países.”
