El presidente de Colombia, Gustavo Petro, saluda a los periodistas durante la ceremonia de juramento de su nuevo jefe de Policía, en Bogotá, Colombia. (AP Foto/Fernando Vergara)


El recién designado embajador en Venezuela del presidente colombiano Gustavo Petro, Armando Benedetti, dijo al diario El Colombiano que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, "está elegido democráticamente". Agregó, casi de pasada, que sabe que "también hay unos señalamientos en derechos humanos y distorsión de datos electorales, pero eso es un tema que les compete a ellos dirimir". ¿Cómo? ¿Maduro fue elegido democráticamente? Esa es una de las declaraciones más ridículas que he escuchado en mucho tiempo. Y afirmar que el fraude electoral de Maduro en 2018 fue un asunto interno de Venezuela va en contra de todos los acuerdos hemisféricos para defender la democracia.


Por si alguno se olvidó, Maduro se reeligió a sí mismo en unas elecciones fraudulentas en 2018 después de prohibir que participaran sus principales rivales y tras llenar el tribunal electoral con sus compinches y no permitir observadores electorales internacionales.

"El nuevo gobierno de izquierda de Colombia dice que sólo está normalizando las relaciones con Venezuela por razones humanitarias y económicas, pero sus más recientes declaraciones muestran que está yendo mucho más lejos que eso. De hecho, Colombia está ayudando a legitimar internacionalmente a una de las peores dictaduras del mundo".

UN GOBIERNO ILEGÍTIMO

Los escuadrones de la muerte de Maduro mataron a más de 6.700 personas durante protestas en todo el país entre enero de 2018 y mayo de 2019, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.


Más de 50 democracias mundiales declararon a Maduro presidente ilegítimo tras el fraude electoral. Y todo eso sucedió después de que Maduro se convirtiera en dictador en 2016, cuando despojó al Congreso de mayoría opositora de casi todas sus funciones. A pesar de todo esto, el nuevo embajador de Colombia en Venezuela se fotografió sonriente con Maduro en Caracas, y le dijo a la revista Semana, de Colombia, que el líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, "no existe".


Esta semana, el canciller de Colombia, Álvaro Leyva, le dio otro empujón propagandístico a la dictadura venezolana al confirmar que Colombia está considerando retirar su petición de una investigación de la Corte Penal Internacional sobre los abusos de los derechos humanos en Venezuela.


PREOCUPA CAMBIO DE VOTO DE COLOMBIA

Cuando llamé al expresidente Duque y le pregunté por las afirmaciones del canciller, me dijo que son absurdas. "Yo siempre mantuve el servicio consular en Venezuela. Quien lo interrumpió fue Maduro, cuando expulsó al personal consular de Colombia en febrero del 2019", me dijo Duque. Agregó, además, que le preocupa que Colombia cambie su voto en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y apoye a Venezuela. "Si Colombia vota a favor de Venezuela, terminará validando esa dictadura", me dijo Duque.


El miércoles pasado, Colombia ya dio un paso en esa dirección, cuando no se sumó a la petición de varias democracias de renovar el mandato de un grupo de expertos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que monitorea los abusos de Venezuela, dijo el grupo de defensa Human Rights Watch.


El gobierno de Petro no debe insultar la inteligencia de la gente diciendo que solo está normalizando los lazos con Venezuela por razones humanitarias y económicas, mientras que simultáneamente dice que Venezuela es una democracia, afirma que retirará su petición a la CPI y vota a favor de Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Eso solo puede ser descripto como un apoyo político activo de Petro a la dictadura de Venezuela.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald