El 30 de mayo de 1933, el Cabildo, fue declarado mediante Ley Nº 11688, Monumento Histórico Nacional y paradójicamente, desde la restauración de la democracia en 1983 hasta hoy, los sucesivos gobiernos argentinos no han interpretado convenientemente los fundamentos de la libertad en el disenso, como principio sublime de su gesta, pues, si bien es cierto en política los acuerdos no siempre son la moneda corriente frente a las discrepancias y diferencias, en Argentina la instalación de una llamada "grieta" deja traslucir algo más que una oposición, una ruptura social de un "enfrentamiento frío" pero sellado instalado por grupos políticos y derivado al pueblo, un pueblo argentino que se encuentra disociado por la falta de propuestas genuinas de trabajo y con un índice de crecimiento diferenciado de pobreza, alterada por mecanismos asistenciales que no son los que hacen salir del ocio y el estanco a la gran cantidad de grupos inmersos en este destino, creando dependencia del Estado. Sin embargo, a pesar de esta realidad una y otra vez los gobiernos democráticos argentinos pierden la oportunidad de planificar sobre una sociedad para el bien común de todos, postulando salidas dominantes carentes de identidad nacional e impulsada por directivas y decisiones con rasgos que no reflejan modestia alguna.


Por ello, quizás, una concepción significativa de nuestro Cabildo pueda respaldar lo que realmente significa vivir en libertad y democracia.


Más allá de su historia y significado que representó el Cabildo para nuestro pueblo, puede aportarse identidad en la medida que ella signifique los aspectos más sobresalientes en positivo de nuestro ser nacional. Por ello, hacemos una transferencia de esta posición para participar a nuestros ciudadanos criterios comunes y vencer una crisis que se instaló en lo económico desde hace más de un decenio y que se agudiza con factores que se agregaron inesperadamente como los del distanciamiento social y el estancamiento de la producción y el comercio.

"Un imperioso cabildo abierto para el aquí y el ahora, representaría para nuestro país una verdadera coexistencia ejemplar de libertad y democracia..."

¿Qué significa para nuestro presente un Cabildo Abierto? Significa una extraordinaria oportunidad de convocatoria a todas las fuerzas políticas, situación que no se da en propuesta. Significa la participación en una mesa de concertación de políticas de emergencia para todos los sectores que sufren la caída de sus trabajos, situación que tampoco se da en propuestas.


Un imperioso Cabildo abierto para el aquí y el ahora, representaría para nuestro País una verdadera coexistencia ejemplar de libertad y democracia para la expresión y el sentir de todo un pueblo, concomitante en las diversas clases y actores sociales, de distintos pensamientos y de diferentes concepciones de la vida y pluralista, lo que presupone la aceptación de un sistema de gobierno participativo y no unidireccional verticalista con bajada de líneas sobreprotectoras. Debe dejar cierto espacio a cada uno de los sectores que representados se expresen, hecho que no está ocurriendo desde varios años atrás y que haría factible la mayor de las soluciones.


Apelamos desde las provincias y hacia la Nación a esta transferencia de criterios, donde repito, la voz representativa de los ciudadanos con sus problemáticas sea escuchada no mediatizada sino directamente expuesta y donde el rol del gobierno no sea paternalista a la manera de una autoridad que impone y que se hace cargo de todo sin posibilidad para escuchar las vivencias sentidas por otros. Lo que queremos por ende, es un Cabildo Abierto, no con ideas preconcebidas que callen al pueblo y sus variados sectores, queremos un Cabildo abierto al decir de todos los habitantes de la Nación Argentina, donde las responsabilidades sean compartidas.

Por Mario Daniel Correa D'Amico
Profesor, filósofo y pedagogo y analista político con doctorado y diplomatura en paradigmas.