La legisladora porteña Graciela Ocaña, ha presentado un polémico proyecto de ley para que las formaciones de la red de subterráneos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenten con vagones exclusivos para mujeres, a fin de evitar situaciones de acoso o abuso. Según los fundamentos, la implementación del sistema servirá para que la sociedad comprenda la gravedad del problema, creando una mayor conciencia y rechazo sobre este problema.
‘Si bien todos, hombres y mujeres, tenemos derecho a viajar de forma segura en el transporte público, y que son absolutamente repudiables las agresiones perpetradas, la gravedad de la situación requiere tomar medidas drásticas que otorguen mayor comodidad y seguridad a las pasajeras mujeres, priorizando su bienestar”, sostiene la iniciativa. La idea fue tomada de otros países donde la experiencia responde tanto a la inseguridad como a razones culturales, caso de Egipto, Malasia, Tailandia, India, Rusia y Japón, con resultados dudosos e incompatibles con nuestra idiosincrasia.
La cuestión es que se propone la circulación de formaciones especiales, identificadas por el color de los vagones, de lunes a viernes de 7 a 10 y de 17 a 19. Nada dice cómo controlar los acosos en los demás medios de transporte público, por lo que se trata de una solución parcial con visos demagógicos.
La responsabilidad de los legisladores como representantes de la sociedad es trabajar para en mejorar la convivencia y que todos nos hagamos cargo de nuestras acciones, de manera que la gente reaccione ante situaciones como la planteada, de manera que la mujer no se sienta sola ante la multitud, principal motivación en la violencia de género.
