El primer Papa argentino y latinoamericano de la Iglesia Católica, Jorge Bergoglio, cumplió el domingo último su tercer año como obispo de Roma, con logros de renovación en el catolicismo tan trascendentes como su liderazgo político mundial, más allá de la gravitación del Vaticano en el plano religioso. En particular la apertura hacia otros credos y su admirable diplomacia en favor de la paz y la reconciliación en viejos enfrentamientos.
Tan atípico es el Pontificado de Francisco, que es el primero de la historia de la Iglesia en contar con dos papas vivos, el emérito Benedicto XVI, y tras su renuncia Bergoglio con plenos poderes. También el primer jesuita con corazón franciscano, según lo ha manifestado en varias oportunidades. Pero es sin duda su tarea renovadora, tan admirable como su papel de mediador internacional.
Francisco, a poco de ser elegido rompió con los lineamientos de sus antecesores y manifestó que lo primero es el Evangelio y después la doctrina, por lo que convocó dos sínodos de obispos sobre la familia, y dos consistorios. Además, para continuar con la política de ‘tolerancia cero” iniciada por Benedicto XVI contra los abusos sexuales a menores, instituyó una comisión específica para prevenir estos casos que han minado la imagen de la Iglesia Católica y aprobó la reforma del código penal de la Santa Sede, que contempla y refuerza las sanciones contra la pederastia.
Junto a su actividad reformista en la Iglesia, Francisco alcanzó dimensión de mediador en la escena internacional, con intervenciones decisivas en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, así como en el acuerdo entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, conflictos con más de medio siglo de enemistades, tensiones y enfrentamientos. Además, en un gesto histórico, en 2014 fue el anfitrión en el Vaticano en una inédita plegaria por la paz en Oriente Medio junto al presidente israelí, Simón Peres, y el palestino, Mahmud Abás.
La gran preocupación del Papa por el medio ambiente, la plasmó el año pasado en ‘Laudato Si” (Alabado seas), el primer texto pontificio sobre ecología. Sería largo de enumerar las esperadas actualizaciones de los dictados del Evangelio ante el siglo XXI, pero lo importante es el enorme desafío asumido y los logros de Francisco en estos 3 años.