La presencia de Domingo F. Sarmiento en la labor de la Municipalidad de la Capital está a la vista de todos. Cada una de las gestiones anteriores hicieron lo suyo, y seguramente fue importante, en recuerdo del Gran Maestro. Pero en 2008 se creó la Fiesta de la Educación en torno a la figura del hijo pródigo del Barrio de Carrascal. Precisamente ese año se convocó a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación para que sesionara en la mismísima Casa Natal de Sarmiento y con un objetivo muy preciso: Declarar a San Juan Capital de la Educación Popular. Las deliberaciones fueron seguidas por taquígrafos y esa versión se incorporó dos semanas después a la reunión de la Comisión citada para su tratamiento definitivo. Para ello contamos con la imprescindible colaboración de una de las máximas defensoras del prócer sanjuanino en Buenos Aires: la diputada nacional Margarita Ferrá de Bartol. Su lucha fue titánica, incluso para que se disponga como feriado nacional cada 11 de setiembre. Pero no pudo lograr esos objetivos, especialmente porque quien presidió durante varios años la Comisión de Educación del Congreso, la diputada Dra. Adriana Puiggrós, pedagoga y política, es antisarmientina visceral. Las discusiones entre Margarita y Adriana eran memorables en Diputados, hasta en los pasillos. Y en alguna ocasión tuvo que intervenir el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, para bajar la tensión. Hoy, la diputada nacional Daniela Castro asume el compromiso de continuar la lucha de Ferrá por la citada Declaración y no debemos perder las esperanzas. Pero así como desde 2008 y cada año se enciende la Llama de la Educación en la Casa de Sarmiento como punto de partida de la Fiesta de la Educación y se lleva a distintos rincones de la Capital y de otros departamentos con el mensaje clave de "Educar al soberano”, en la más reciente, la VII edición, se puso en escena "El último viaje de Sarmiento a San Juan”, con actores sanjuaninos, guión de este periodista sobre la base de la más autorizada bibliografía, y la presencia del presidente y del vice de la Academia Nacional de la Historia, invitados especialmente por el intendente Marcelo J. Lima. Como en 1884, 120 años después, la Plaza "25 de Mayo” "recibía de nuevo” al hijo de doña Paula, con numerosos sanjuaninos que vivaban su nombre. Allí Sarmiento pronunció lo que Fernando Mó calificó como "el discurso más corto de su vida”. Sencillo, emotivo e histórico. Luego volvía a subir al carruaje que lo trasladó desde Mendoza a su casa, después de 20 años de ausencia, donde lo esperaba su hermana Procesa. Los sanjuaninos de este 2014 disfrutaron las escenas y hasta enjugaron alguna lágrima. Tres años atrás, en 2011, con motivo del bicentenario del natalicio de Sarmiento, la Capital no sólo vivió las ceremonias de evocación del natalicio desde el Gobierno de la Provincia e invitados de Chile y del resto del país, sino que por la tarde, desde el Municipio se preparó toda una celebración cumpleañera con una torta gigante para más de tres centenares de personas. Las 200 velitas simbolizadas en una, fueron apagadas por el propio gobernador José Luis Gioja en la puerta de la Casa Histórica. Y se cantó también el "cumpleaños feliz”.
Aunque no habría que hablar de defensa de Sarmiento sino de esclarecimiento de su vastísima obra educativa y humanitaria, hoy es necesario subrayar que la lucha por poner su historia en claro en la Nación es una obligación de todos y muy lejos de fanatismos. El último revisionismo histórico ha carecido de rigor científico. Entre otras cosas porque todo revisionismo histórico debe cumplirse muy lejos de los gobiernos de turno. Es decir, dejarlo en manos de los historiadores de todas las líneas ideológicas, pero nunca de los políticos.
(*) Periodista. Secretario de Cultura y Turismo Ciudad de San Juan.