El trabajo en grupo enriquece a los alumnos y docentes, porque entre todos aprenden y reaprenden.


Hablar de equipos remite a delegación de tareas, negociación y reconversión de conflictos. Implica aceptar la complejidad de la tarea institucional y, al mismo tiempo, lleva a la satisfacción de compartir metas y espacios, al desarrollo de sentimientos, de pertenencia y la comprensión del trabajo aislado e individualista. Pero ¿por qué muchas veces resulta difícil llevarlo a la práctica? Nos enfrentamos con la realidad de una sociedad que estimula el individualismo y la competitividad como modos de alcanzar el éxito. En este escenario, el trabajo en equipo representa un gran desafío y es posible que sus integrantes dejen de lado su egocentrismo para aceptar, respetar y valorar.


"La escuela también puede funcionar como un equipo cuando cada uno de sus integrantes desempeña su rol a través de una interrelación eficaz, que permita llevar adelante los objetivos propuestos y afrontar con éxito las adversidades. Hay cada vez más exigencia en el mundo laboral acerca de los trabajos en equipo, los alumnos ingresan a las universidades donde también deben producir nuevos saberes en forma conjunta, en definitiva, el trabajo en grupo debe ser un aprendizaje que los chicos construyan con otros, con sus pares, y docentes'' (Lumia, María Alejandra "Herramientas para enseñar a trabajar en grupo'').


A trabajar en equipo se aprende, por lo tanto se enseña. Es decir, la intervención del docente oportuna y atenta, es la que permite que los alumnos desarrollen sus potencialidades en forma colectiva. Analizar con ellos el uso de la redes sociales y el correo electrónico y, repensarlo desde la perspectiva del intercambio de información. Aprender con otros, permite que los alumnos se sientan interesados en estas formas de comunicación desde otra visión. Es necesario incluir en las aulas experiencias de aprendizaje cooperativo y colaborativo. Enfoques que en su forma son similares. Ambos trabajan con grupos de alumnos. El primero tiene fines socio-afectivos, es decir, que los alumnos se ayudan para lograr una meta. El colaborativo busca desarrollar habilidades personales y sociales y los aportes de los integrantes para lograr metas. Los alumnos tienen diferentes formas y ritmos de aprendizaje, aunque todos tengan la capacidad de aprender. En ambos enfoques o metodologías se unen personas con diferentes cualidades, intereses y formas de hacer las cosas, son diferentes. Por ello, se hace necesario actuar con asertividad y desarrollar otras habilidades sociales como la empatía. Al respecto, quiero mencionar una investigación realizada por la Asociación Internacional de Evaluación Educativa (IEA) sobre el uso de las TICS (TecnologÍa de la Información y la Comunicación) donde los alumnos no distinguen qué contenidos son relevantes en internet. Ellos saben usar las redes sociales pero fallan al buscar información en ella. Los denominados "nativos digitales'' conocen todo acerca de internet y el uso de una computadora en general. Esta investigación es el primer estudio internacional comparativo que buscó medir la preparación de los alumnos para su inserción en la era de la información.


La respuesta consiste en formar y conformar equipos en la escuela y remite a un trabajo colectivo, cuya producción siempre va más allá de la suma de los aportes individuales.


Los directivos tienen como objetivo esencial permitir un funcionamiento institucional que garantice la calidad de la tarea educativa.


Por Yolanda Quiroga
Especialista en Educación.