Hace veinte años nació en nuestro país la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA) con el objetivo de reunir a padres, asesorarlos y promover la especialización de los profesionales en autismo. En 1994 el proyecto de Ley Nacional de Autismo, elaborada por el Dr. Horacio Joffre Galibert y otros padres de APAdeA, fue presentado en el Senado de la Nación, obteniendo media sanción en el año 2000. Una iniciativa similar fue aprobada en la Provincia del Chubut en 1996, convirtiéndose en la primera Ley de Autismo en Sudamérica.

Este grupo de padres fue el semillero de información, difusor de la temática y capacitador en el país de las técnicas y tratamientos que se importaron, que no existían en la región, formando a los primeros profesionales del país. Además, de crear la FELAC (Federación Latinoamericana de Autismo) y la FAdeA (Federación Argentina de Autismo), y siendo Miembro titular del Consejo de la OMA (Organización Mundial de Autismo, Bélgica).

A lo largo de este tiempo se ha sembrado mucho y no es poco lo que se está recogiendo. De hecho, en los últimos siete años, se multiplicó por 25 la cantidad de chicos con autismo que están incluidos en escuelas públicas o privadas del nivel inicial, primario y secundario de Capital Federal y del primer cordón del conurbano. Según este relevamiento de la Asociación Argentina de Padres de Autistas y Federación Argentina de Autismo, si bien las privadas reciben a la mayoría de los niños, las estatales también aumentaron su participación en los últimos años.

Las personas diagnosticadas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) aumentaron de 1 en 150 en 2000 a 1 en 68 en 2013 (120% de incremento) en Estados Unidos, según un estudio publicado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. En nuestro país no hay cifras oficiales, pero la tendencia es de crecimiento.

Desde hoy hasta el 1 de noviembre se desarrolla el Segundo Congreso Argentino de Autismo como espacio de debate e intercambio en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Bajo el lema "Padres y Profesionales Juntos por la Inclusión de Personas con Autismo”, el congreso ofrece un espacio de debate, difusión de conocimiento e intercambio. Con la comunión entre Estado y familia se llega a estos momentos en los que se apunta a la inclusión. En un mundo incluido, se dejará de lado los rótulos y los prejuicios.