La ciudad de San Juan por haber sido destruida en el terremoto de 1944 fue trazada nuevamente y levantada de sus escombros como una moderna metrópolis, sobria y prolija, casi minimalista. Los edificios de gran belleza estilo barroco, que supo tener, sucumbieron en escombros y las nuevas edificaciones antisísmicas no heredaron los adornos y estilos europeos de sus antecesores. No obstante, sí se reacondicionaron y reubicaron una gran cantidad de bellas esculturas que habían sido traídas principalmente de Francia, en lo que puede llamarse la época dorada de nuestra ciudad (de 1880 a 1920 aproximadamente). Entre las que podemos citar los apóstoles de la Catedral, los querubines de la fuente de la plaza 25 de Mayo, la Estatua de la Libertad que se encuentra actualmente en la plaza de Pocito y particularmente dos de extraordinaria belleza e importante valor turístico ya que son réplicas de las que adornan el Palacio de Versalles en Francia. Se trata de las “Ninfas” que se encuentran en el parque de Mayo.

Fueron encargadas por el Coronel Carlos Sarmiento en agosto de 1910 (el mismo año que se colocó la piedra basal del parque) a la casa de antigüedades Antoine Motteau, que tenía su local en la calle Garay al 1272 (numeración de la época) en Capital Federal, para ser colocadas en el sector Francés. 

Estas magníficas esculturas de fundición, fueron forjadas por “Fonderies D”Art du Val D”Osne” (Fundidora Val D’ Osne) fundada en 1835 por Jean-Pierre Víctor André, quien compró un convento en la región de Champagne, dónde instaló el primer horno y comenzó a contratar escultores de renombre, para esculpir las matrices que servirían de molde en la fabricación de obras en serie. La fundidora fabricó cientos de modelos y miles de réplicas vendidas a todo el mundo, adornando, entre otros, el Palacio de Versalles dónde se encuentran ocho esculturas en la fuente principal. Dos réplicas de ellas son las que tiene nuestro Parque, las “Ninphe Et Amour” (como cita el catálogo de Val D’ Osne) o “Nymphaea y Amor con tridente y Nymphaea y Amor soplando” según el Licenciado Daniel Izasa director de la Alianza Francesa.

El significado de las estatuas: En el libro “La higiene o el arte de conservar la salud: poema latino”, de Etienne Louis Geoffroy, publicado en 1803, en la página 261 se relata la historia mitológica de las Ninfas. “Furioso por los desprecios de la diosa Diana, Cupido (Amor en la literatura latina) tomó un día sus flechas, montó el arco con una de ellas y le apuntó directamente al corazón de Diana. La vengadora flecha hiende los aires pero no hirió a Diana, quien con un rápido movimiento la esquivó, pero hirió a una de sus ninfas”. Ella siente un ardor en el corazón que la desboca de amor. Lucha entre su virginidad divina y la inevitable vergüenza de la pasión. Levantando sus ojos al cielo anegados de lágrimas se precipitó al agua. Ante tal escena de dolor Diana la hace flotar y la transforma en una flor, dándole el nombre de Ninfea. Desde esos días, las ninfas no tienen miedo a las flechas de Cupido, ya que Nymphaea, transformada en Ninfea, las protege y les sirve como armadura a los ataques de la pasión.

 

Por Antonio Díaz Ariza
Docente-Escritor