Ha ratificado el gobierno nacional el objetivo del levantamiento del cepo, con unificación cambiaria mediante, pero, ello no conduciría a una dolarización pura, ni a una convertibilidad, sino a una especie de convivencia de monedas, que se la ha denominado en llamar por especialistas como dolarización sintética.

¿Por qué dolarización sintética? Porque no es una dolarización por convertibilidad a razón de un 1 peso 1 dólar fijado por ley como en los noventa, ni tampoco sería una dolarización pura sin pesos -porque chocaría con la Constitución Nacional-, en cambio, sí consistiría en una canasta de monedas compuesta por el peso en tanto moneda de curso legal forzoso y el dólar y cualquier otra divisa extranjera. Y todas estas compitiendo libremente en el mercado monetario.

ESQUEMAS MONETARIOS

Es muy importante distinguir los distintos esquemas monetarios en danza en relación a cómo funciona, para cada caso, la emisión monetaria en cada uno de los sistemas proyectados.

Las propuestas son tres, esto es, la convertibilidad, la dolarización y la dolarización sintética. Tienen un mismo propósito, que está dado por la necesidad acuciante de resolver de manera duradera y sostenible, la falta de estabilidad de los precios para que no haya una inflación que carcoma los ingresos y el patrimonio.

En el caso de la convertibilidad la emisión sin el respaldo en reservas equivalentes más la situación de déficit fiscal, es la causal de generación de inflación. Por ello, es que, en la convertibilidad, la emisión monetaria quedó amarrada a que hubiera una contrapartida incremental de dólares ingresados al BCRA. La convertibilidad es la única variante teórica que tuvo un ensayo empírico que se aplicó en la Argentina en la década de 1990 hasta la salida de dicho sistema en el año 2002. Este esquema representó una solución que duró casi diez años con baja inflación, superando las dos hiperinflaciones de fines de los 80 y principios de los noventa. Sin embargo, el talón de Aquiles de la convertibilidad pasó a ser la dependencia exclusiva del ingreso de divisas para ampliar la economía. Precisamente, por el agotamiento del ingreso en dólares que inicialmente se tuvo por las privatizaciones, es que el esquema de la convertibilidad se convirtió en un chaleco de fuerza de la economía. La contrapartida de la baja inflación y la falta de dólares, fue que acumuló presión social por exclusiones de vastos sectores, y debido a ello tuvo que ser abandonada de modo traumático en el año 2002.

DOLARIZACIÓN PURA

En el caso de la dolarización pura -caso hipotético- la emisión directamente no tiene sentido porque al cambiar la moneda nacional por la extranjera, el BCRA se queda sin capacidad legal de emitir moneda alguna, y, en esa hipótesis, pasaría a depender del ingreso por inversiones extranjeras, sean, estas, directas o financieras. Este es un caso más teórico que otra cosa porque hay un obstáculo insalvable en la Constitución Nacional que prescribe la formación de un Banco Oficial con facultad de emitir y acuñar moneda. Siendo teórico desde lo legal, sí sirve describirlo desde lo económico-monetario, para ver cómo funcionaría por comparación respecto de las otras alternativas sistémicas.

DOLARIZACIÓN SINTÉTICA

En la dolarización sintética el peso no se abroga legalmente, sigue circulando, pero, no de manera exclusiva y excluyente, sino, en convivencia con divisas extranjeras, y sin ampliar el volumen de dicha masa monetaria. El sentido de mantener sin variación a la masa monetaria, es decir, mantenerla constante en el tiempo, es hacerla funcionar como ancla contra la inflación. Lo que diagnostica esta hipótesis es que con una masa monetaria constante no hay margen para acumular pesos para alimentar un excedente de demanda en el mercado de divisas. Esta sería una de las razones que explicarían que el dólar luego de la devaluación de diciembre de 2023, en sus dos versiones, oficial y libre, la brecha entre ambos, se haya reducido a un mínimo, inclusive, con una baja ostensible del dólar libre, claro está, luego de la estampida de diciembre de 2023.

En esta hipótesis la emisión monetaria no se activaría en principio en ninguna hipótesis, salvo, para servir a la liquidación de las exportaciones. Es decir, el aumento del dinero que requiera el crecimiento económico, sólo emanaría por el lado no del dinero-pesos, sino, por el conducto del  dinero-divisas.

 

Por el Dr. Mario Alfredo Luna
Abogado, Ex Pte. del Concejo Deliberante de Jáchal