Con los tiempos electorales encima y las tres principales candidaturas lanzadas a la opinión pública, se puede afirmar que la campaña electoral en San Juan empieza esta semana. El cuadro se terminará de componer mañana, cuando Marcelo Orrego anuncie que competirá por segunda vez consecutiva para ocupar el sillón de Gobernador de San Juan. Del otro lado tiene nada más y nada menos que al actual gobernador de San Juan, Sergio Uñac; y al diputado nacional José Luis Gioja, los dirigentes peronistas de mayor peso en la historia reciente de esa fuerza política que, a su vez, es la que viene dominando la agenda desde 2003. A todas luces se empezará a transitar una elección histórica. Lo primero y quizás más llamativo de esta contienda, es el nuevo enfrentamiento entre Uñac y Gioja, pelea política que ya tuvo su primer capítulo en la interna de 2020, cuando el pocitano aplastó al legislador nacional y lo dejó sin ninguna Junta del PJ. Segundo, la oportunidad que parece tener la oposición sanjuanina, en medio de una escalada electoral y del lado amable de una ola nacional que amenaza con devastar algunos oficialismos. Y tercero por la judicialización de los hechos políticos que plantea Juntos por el Cambio, ya que hacía mucho tiempo que los dirigentes no dirimían sus diferencias políticas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como aparentemente va a ocurrir en este caso. Uñac propone hablar de San Juan y muestra gestión: menor desocupación, orden en la administración pública, sueldos estatales al día y acordes a la inflación, obra pública, política deportiva y cultural, y diversificación de la economía. En tanto que Gioja se hamaca en críticas a su sucesor: las fallas de la Red Tulum, colas en los hospitales y el recuerdo de sus tres gestiones que, para él, fueron mucho mejores que la actual. Orrego, en cambio, habla de establecer nuevas prioridades en la gestión pública, pero sin mayores detalles de hacia dónde quiere llevar la provincia, algo que podría empezar a develarse desde mañana. Además, nacionaliza el debate al tratar de vincular a Uñac y Gioja con los fracasos económicos del Gobierno nacional. Más o menos esa será la base de la campaña que se viene, que será de alto calibre.

Por el lado del oficialismo, todo el debate se concentra en la posibilidad de que Gioja juegue por fuera o por dentro del Frente San Juan por Todos. Si juega por fuera es probable que se lleve algunos valiosos votos cautivos de la estructura del PJ, y al revés si juega por dentro, lo que robustecería las posibilidades de victoria de Uñac, por arriba del diputado nacional en los sondeos de opinión. Esos pocos o muchos votos podrían definir la elección. Pero, ¿le conviene a Gioja jugar por afuera? De ninguna manera. Gioja parece tener todas sus fichas puestas en que la Corte Suprema inhabilite una tercera candidatura de Uñac. Si esa decisión ocurriera, el diputado se vería con derecho a reclamar mayor espacio y apoyo del peronismo, sin candidato orgánico luego del bochazo judicial. Si Gioja jugara por fuera, esa posibilidad se extinguiría, el uñaquismo se vería en el aprieto de poner a alguien a las apuradas y ambos le darían la elección a Orrego, potencialmente envalentonado como impulsor de un fallo histórico. Además, de ir por fuera, Gioja no sólo debería armar en 10 departamentos, algo nada fácil sin el apoyo del PJ, si no que debería jugar con algún otro candidato a gobernador, que es la regla casi obligada para aspirar a un buen resultado con este sistema electoral. Algunos dicen que el Frente Renovador podría convertirse en esa herramienta; es decir, Aranda y Gioja por fuera compitiendo contra Uñac y la oposición, pero eso rompería la relación entre Sergio Massa y Uñac, algo que no se ve que pueda ocurrir ahora y menos si el Ministro de Hacienda de la Nación decide finalmente ceder a las presiones y convertirse en candidato a presidente. No se lo ve entusiasmado y dicen que lo niega, pero también hay otros que lo quieren obligar.


Lo único que explicaría una candidatura de Gioja por fuera sería el odio, la intención de destruir. Gioja puede tener ese odio adentro, pero quienes lo conocen saben que preferiría tragarse un sapo más a terminar su carrera política derrotado y en su casa. El diputado nacional aprendió a negociar en la victoria y también debe hacerlo en la derrota, que es una virtud mayor a la primera. Por último, de ir por fuera, Gioja debería conseguir recursos para bancarse una campaña corta, pero extremadamente onerosa. Nadie que conozca a Gioja sabe que va a poner un peso de su bolsillo para bancar candidaturas de nadie, ni de él mismo. 


Por el lado de Juntos, también hay lindos vericuetos. Orrego le dio casi un mes de ventaja al peronismo y eso parece mucho. El diputado nacional y su equipo esperaron que Gioja se lanzara para luego confirmar lo que todo mundo ya sabía. Orrego sigue pensando que la política es mala palabra para la comunidad en general y maneja los tiempos con esa idea como bandera casi exclusiva. Mientras tanto, la interna entre sus rivales copó la escena pública y también la cabeza de mucha gente. Por ahora en su frente, que también cambiará de nombre, irán él, Marcelo Arancibia, y probablemente alguien del Pro que, como ya se dijo en este diario, no consigue los avales, el apoyo popular necesario para armar lista en al menos 10 departamentos, condición infranqueable para ostentar una candidatura provincial. Según Enzo Cornejo, líder del Pro local, muchos dirigentes departamentales de ese partido van a jugar con Orrego bajo la intención de robustecer al diputado nacional. El bloquista disidente Enrique Conti, quien en algún momento apareció como con intención de armar una lista y colaborar con Orrego, se bajó y no competirá al menos por ese sillón. Quizás le apunte a la Capital, pero eso también está en veremos. Los partidarios y seguidores de Javier Milei en San Juan le dieron a Orrego una mala noticia: en Buenos Aires les volvieron a bajar la idea de una alianza sanjuanina con Juntos, algo que podía arrimar algunos votitos más hacia el molino orreguista. Pero quizás el inconveniente más importante de Orrego es su supuesta falta de propuesta. Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que quiere hacer con la provincia, cuáles son sus ideas. En Juntos dicen que tienen equipos armando proyectos, pero hasta ahora no se conocen y hay cierta incertidumbre entre los empresarios, por ejemplo, por los grandes o pequeños cambios que el diputado pudiera meter de llegar a gobernar la provincia desde el 10 de diciembre. No hay que olvidar que esta provincia todavía depende mucho del correcto manejo de las cuentas públicas. No sería mala idea que el equipo del diputado comience a despuntar públicamente sus intenciones. Orrego hizo punta en la Cámara Baja con la sequía, por ejemplo. Como fue en ese caso, quizás lo ayude divulgar un poco más hacia donde quiere ir.


Como quiera que sea hasta ahora Uñac solamente junta fuego enemigo. Los candidatos de su interna como Gioja y, quizás Aranda, solamente tienen críticas hacia su gestión; y por supuesto los de la oposición harán lo mismo. Si la partida termina así, Uñac dependerá casi exclusivamente de la defensa de los intendentes y de los funcionarios que lo siguen. Hace falta fuego amigo.