Sorprende observar cómo jóvenes alumnos advierten sobre los cambios severos en los rumbos educativos. De ello da cuenta la política educativa implementada, que cuadra en los objetivos del pensamiento neoliberal, por lo que mostrar el caso patente y su sustento doctrinal pone en alerta a ciudadanos que no tienen conocimiento de los intereses que exceden el marco político hacia la vigencia de una línea que merma el humanismo en la futura formación docente.

Centros de estudiantes de las secundarias normales han planteado que decisiones unilaterales del Ministerio de Educación de la Nación recaen sobre la estructura de ese nivel escolar, modificándolo sin buscar consenso en la comunidad educativa, padres y alumnos. De esta manera no se cumple con el perfil democrático de la educación y cuando los distintos sectores no son escuchados se advierten las decisiones de autoridades que no responden a la comunión de ideas.

Es que desde la implementación de la Ley Federal de Educación, el presupuesto educativo ha disminuido dándosele a la formación un perfil de economía de mercado, en detrimento de la formación humanista y pedagógica aunque se hayan construido más escuelas con justificaciones tecnológicas. La teoría del capital humano pone especial énfasis en la elección individual de invertir o no invertir en sí mismo para explicar la distribución del ingreso y el desempleo, afirmando que ambos son el resultado de las diferencias individuales en los niveles de educación.

Por ello, el desempleo de trabajadores no calificados es un problema de oferta más que de demanda. Los testimonios dan cuenta de esa situación frente a la posición del Centro de Estudiantes del Colegio Mariano Acosta de Villa Urquiza, que hace revelar al ministro Alberto Sileone y al Gobierno porteño que hoy tenemos 144 orientaciones, lo que demuestra una riqueza académica muy fuerte. Pero según el Consejo Federal de Educación, para poder homologar esos títulos se debe perder toda esa riqueza, reduciendo el número de orientaciones a 10. Se eliminan así los secundarios con orientación docente y los secundarios pedagógicos por ejemplo.

Esta situación ya ocurrió en San Juan, porque el Ministerio de Educación de la Provincia se hizo eco sin que nadie lo advirtiera. El debate se vuelve a instalar para una nueva escuela secundaria de calidad y San Juan no debe estar ausente, máxime cuando la vigente la Ley de Educación 26.206 promueve los institutos de formación docente.