En un hecho que varios sectores de la comunidad internacional han calificado como positivo, diputados mexicanos aprobaron hace algunos días la creación, en ámbitos de la correspondiente cámara legislativa, de una Comisión de las Familias considerada como un espacio donde es posible aprender a relacionarse socialmente.
Son objetivos de esta comisión regirse con una visión de derechos humanos, evitando la discriminación; fomentando valores de convivencia pacífica y respetuosa de los derechos de las personas que integran las familias; y promoviendo la eliminación de aquellos preceptos que puedan ocasionar la violación de derechos de algún integrante, como las mujeres, los adultos mayores, las personas con discapacidad, o niñas, niños y adolescentes.
Es necesario consignar que la familia debe ser el lugar donde niñas y niños encuentren amor, valores, comprensión y todo el apoyo necesario para su formación integral y su sano desarrollo, por lo que la cultura de no violencia y no discriminación se darán por añadidura, si hay compromiso de todos los sectores. De la misma forma cabe señalar que la libertad en el desarrollo de la persona humana se logra con un enfoque de principios y valores en temas como la institución familiar y el matrimonio.
A nivel general se conoce que la familia es la célula fundamental del desarrollo de la sociedad y que en países como el nuestro los hogares constituyen la principal forma de organización de convivencia con más del 80 por ciento. De ahí la importancia que una comisión similar en nuestro ámbito contribuiría a resolver problemas que afectan a esta organización con un enfoque que aleje de la violencia y promueve la no discriminación.
Es fundamental considerar a todas las familias, no solamente las conformadas tradicionalmente, ya que está comprobado que dentro de este término se encuadran distintos tipos de estructuras a las que hay que asistir por distintos medios, a fin de consolidar su función principal. Es por ello que es importante contar con este tipo de comisiones, pues a partir de ellas podría generarse una corriente legislativa en favor de las familias, que genere la política pública para su fortalecimiento.
El ejemplo mexicano debería ser tenido en cuenta en la mayoría de los países, incluido el nuestro con el objeto de alcanzar un desarrollo social que dé prioridad a la familia como organización fundamental para el desarrollo de sus integrantes y de toda la sociedad.
