Cuando hablamos de "enseñar a transitar", hacemos referencia al tema de Educación Vial. En todos los casos se debe buscar educar y no multar, pues el principio que sustenta la educación es anterior a cualquier normativa vigente, esto siempre fue y será de esta manera. Para ello la escuela primaria, secundaria y la educación del adulto, trabajan y cuando no cubre todas las expectativas, el Estado debe hacerse cargo asumiendo un verdadero rol preventivo y de formación ciudadana. No se puede educar sancionando siempre o multando continuamente, porque equivale a decir que "todos son infractores cuando son percibidos como tales y ninguno cumple con las norma", nada más lejos de lo cierto, pues con un relato ejemplar se explicará convenientemente. "Un juez está por sentenciar a un infractor de tránsito, pero su actitud correctiva y ciudadana se expresó afirmando: "De nuestra parte es importante proteger la vida humana y también no cobrarle una multa tan elevada en dinero, porque no es nuestro objetivo, pero no vuelva a cometer la infracción".

En México resolvieron "cambiar multas por cursos", a través del programa "Echa a andar Tránsito", implementado en febrero de 2009. En la ocasión se decía que "A partir de esta fecha si usted comete una infracción de tránsito tiene la opción de pagarla en efectivo o bien, proteger su bolsillo y acudir a un curso de tres horas en donde lo capacitarán para que sea un mejor conductor. Por medio del Curso de Formación Ciudadana la Dirección de Tránsito de Culiacán se busca mejorar las conductas viales de los automovilistas y ofrecerles capacitación en lugar de sólo recaudar dinero a través de las multas que se les cobran. Los conductores pueden elegir entre pagar o no las multas, pero a cambio tienen que acudir a un curso cuya duración es de tres horas (de 9 a 12 y de 18 a 21) y que es impartido en estas instalaciones por especialistas de la misma Dirección de Tránsito", explicó Julián García López, titular de esa dependencia.

Los cursos son de lunes a viernes y se imparten en un principio en la Dirección de Tránsito, para luego buscar lugares en diversas colonias para acercarlos a la ciudadanía.

"Esto busca el beneficio social y transformar la conducta vial en la ciudad, ya que van en aumento los accidentes y las infracciones, ya sea por un mal comportamiento o por una mala educación de los conductores" dijo García López quien además indicó que para tener acceso a este curso de capacitación, el conductor deberá presentarse con su boleta de infracción a la Coordinación de Calificaciones y solicitar que se le inscriba en el mismo. Una vez terminado el curso se les otorgará una constancia y con ella se puede acudir a solicitar la cancelación de su multa. Aquellos conductores que reincidan en las infracciones viales, a pesar de haber participado en el curso, tendrán una segunda oportunidad, pero no una tercera, de tal manera que a partir de ahí la única opción es que paguen el monto de las infracciones. Por otra parte aquellas infracciones de años atrasados también serán invalidadas, si el conductor acude a tomar ese curso.

Aunque desde hace tiempo, nuestra provincia no es un caso aislado, decenas de conductores tienen que pagar multas por lo que "desfilan" por el Tribunal de Faltas de la Provincia del Centro Cívico.

En muchos casos los infractores fueron sorprendidos por el factor sorpresa. Agentes de tránsito y/o gendarmería se encontraban instalados en lugares no visibles. Esto asombró a los transeúntes y automovilistas.

Para el caso citado. La educación en su sistema, ya ha resuelto y determinado que el factor sorpresa no ayuda al aprendizaje. Por ejemplo, si un profesor quiere sorprender y poner a prueba el conocimiento del alumno, toma una prueba sorpresa. Los resultados siempre son desastrosos, y lo será también bajo iguales condiciones si se sorprende con disimulo a los "infractores de tránsito". Entonces, no hay educación vial, el principio educativo ha sido dejado de lado. ¿Cómo entender entonces que la sanción o multa es correctiva? Así nunca lo será. En un mundo de activismo y problemas, será un problema más y no una querida y sostenida educación para la prevención.