Mientras muchos países se recuperan de la crisis, la economía hispana sigue en la retaguardia respecto a las expectativas para el crecimiento del PBI. La tasa de desempleo se eleva al 20,05 por ciento, con 4.612.000 personas sin trabajo, es decir el porcentaje previsto para todo 2010 ya se superó en el primer trimestre.

Por si esto fuera poco, el Fondo Monetario Internacional (FMI) diagnosticó que al menos hasta 2016 España no crecerá al dos por ciento, con lo que la recuperación del empleo se convierte en prácticamente imposible. En el perfil del desempleado mayor de 45 años impera la figura del varón que lleva más de 12 meses buscando trabajo. Los hombres representan el 56% del total (580.500), frente al 44% que suponen las mujeres (466.500). No obstante, las perspectivas no son nada halagüeñas para los que han superado esta edad, a juzgar por el análisis de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett). En términos netos y de manera general, los que se incorporan a la población activa, lo hacen directamente al desempleo.

Por comunidades, La Rioja es la más afectada, ya que durante la crisis ha generado el 84,5% de todos los desempleados mayores de 45 años que hay en la región. Le siguen Baleares (82,8%), Castilla-La Mancha (73,5%), Canarias (72,3%) y Madrid (67,7%). Extremadura se encuentra entre las comunidades con las tasas de personas sin trabajo de mayores de 45 años más elevada, con un 16,9 %, sólo superada por Canarias (21,3%) y Andalucía (20,9%). Frente a ellas, Navarra y el País Vasco presentan la tasa de desempleo de este colectivo etario, con el 6,9% y el 7,2%, respectivamente.

Los usuarios de los programas de empleo, de la organización de la Iglesia Católica "Cáritas" aumentaron en España un 28% respecto al año pasado y un 42% en los dos últimos años, asegurando que la crisis se está ensañando con los más pobres, al mismo tiempo que denuncia la creciente precarización del trabajo ya de por sí escaso, lo que provoca ciertos brotes xenófobos contra los extranjeros que viven en la península.

Mientras tanto las quejas de los españoles se dirigen al gobierno de Rodríguez Zapatero, ya que el déficit público crece y los impuestos aumentan. Al mismo tiempo, la falta de credibilidad internacional hacia España aumenta al no responder a los problemas que demandan soluciones estructurales y urgentes.