El próximo martes 2 de julio, alrededor de las 17.40 h, desde distintos puntos de nuestra provincia se podrá observar como la Luna se interpondrá entre la Tierra y el Sol, dando lugar a un eclipse total de Sol, considerado uno de los fenómenos astronómicos más espectaculares que puede ser visto por el hombre.


En esta ocasión, San Juan resultará privilegiada para su observación, por su ubicación geográfica, ya que el eclipse comenzará por la mañana al este de Nueva Zelanda, en el Pacífico Sur, y se irá moviendo hacia el noreste. Luego lo hará hacia el sudeste hasta tocar la costa de Chile y al atardecer en Argentina. Será visto de manera total en una faja que recorre, de oeste a este, el centro de las provincias de San Juan, sur de La Rioja, norte de San Luis, centro de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires. En nuestra provincia, donde el avistamiento ha generado una gran expectativa entre científicos y turistas provenientes de todo el mundo, tendrá en las localidades cordilleranas de Rodeo, Bella Vista y Las Flores los mejores lugares de observación, aunque también se podrá ver con similar dimensión en localidades de Jáchal, la zona del Gran San Juan, Caucete y Valle Fértil. (Ver infografía)


La licenciada en Turismo Susana Navarro ha hecho mención en varias ocasiones que el duro y adverso clima de San Juan con lluvias escasas y marcadas amplitudes térmicas, con notables diferencias de temperatura entre la noche y el día, le ha conferido a nuestra provincia una diafanidad del cielo que la convierten en uno de los lugares más óptimos para el desarrollo del turismo astronómico, una actividad que en estos días hará que las reservas hoteleras y de alojamientos en general estén agotadas y lleguen a la provincia más de 50.000 visitantes.


Los eclipses, especialmente los totales de sol, han concitado desde siempre la atención de los hombres y es un fenómeno que no se da con frecuencia en una misma zona de observación, tal como ocurrirá en esta ocasión que de acuerdo a los cálculos se podría llegar a repetir en no menos de 300 años. 


La palabra eclipse proviene de una antigua expresión griega que significa "abandono''; literalmente el eclipse era visto como el Sol abandonando la Tierra. El eclipse de Sol, en tanto indica una desaparición momentánea de la luz, casi siempre ha sido considerado como un evento dramático, de mal augurio, anunciador de sucesos funestos que dan a entender el final de un ciclo y el comienzo de otro. Así ha sido en muchas culturas. Los eclipses son también el primer fenómeno celeste cuyo mecanismo ha comprendido el hombre. El perfil circular del borde de la sombra de la Tierra sobre la Luna enseñó, desde el siglo V aC, que la Tierra es redonda; las medidas del tamaño y la distancia de la Luna fueron también el fruto de la observación de los eclipses. Sin embargo, mucho tiempo antes, los caldeos ya habían observado la regularidad de la sucesión de los eclipses y grabaron sus observaciones en tabletas cuneiformes que se estiman como el escrito más antiguo del hombre: el primer texto humano fue sobre astronomía. También corresponde a Babilonia el más remoto eclipse que se ha logrado fechar con exactitud, el llamado eclipse de Babilonia. En las crónicas de los primeros reyes de este reino se lee que "se transformó el día en la noche el 26 del mes de Sivan, en el séptimo año del reino y hubo un fuego en medio del cielo''. El fuego en medio del cielo sin duda corresponde a la descripción de la corona solar y se trata de un eclipse total de Sol que se observó en el sur de Babilonia el 31 de julio del año 1062 aC.

Por Alfredo Correa
DIARIO DE CUYO