El pelaje de la vicuña es la fibra textil de mayor cotización en el mundo y consecuentemente la rentabilidad de la esquila es muy alta, si el corte se hace en un animal salvaje. En el mercado internacional un kilo de fibra de vicuña puede costar más de 500 dólares, un valor que se potencia con la confección de prendas de vestir para un público exclusivo amante de los lujos. Por ejemplo, un chal de hilo de vicuña se vende a más de 2.300 dólares en locales selectos de Europa, sin que haya variado la clientela en miles de años. Los investigadores señalan que en la antigüedad, la vicuña vestía al Inca y a la realeza, y hoy viste a los millonarios del mundo.

En ese contexto Argentina es uno de los pocos proveedores de pelo de camélidos cordilleranos como la de alpaca, guanaco y en especial vicuña. Los demuestra la comunidad originaria de Lagunillas del Farallón, ubicada en plena puna jujeña, que acaba de concluir la última esquila de vicuñas silvestres de la temporada y esta vez con una cantidad récord de la fibra. Las tareas en Jujuy se cumplen en el marco del Plan Provincial de Conservación y manejo sustentable de la vicuña, un proceso que contempla la captura y el arreo del animal en silvestría, y la liberación tras la esquila.

Las comunidades originarias han avanzado significativamente en el manejo sustentable de la vicuña, desde las nacidas en el criadero del INTA, pasando por las de semicautiverio y últimamente las salvajes. Este año se obtuvieron 74 kilos de fibra y el plan que cuenta con asistencia oficial, es un ejemplo a seguir en otras provincias con reservas de camélidos, como es el caso de San Juan, con la ventaja de un seguimiento que brinda protección a una especie perseguida por la caza furtiva.