Luego de la cumbre de jefes de Estado del Mercosur, en Brasilia, donde se formalizó la incorporación de Venezuela al bloque regional, el martes último, los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Chávez suscribieron en la embajada argentina en esa capital, una alianza estratégica entre las petroleras YPF y PDVSA. El documento es de gran trascendencia por tratarse de una integración para fortalecer el potencial de ambas empresas en la preciada actividad. Por ejemplo, los trabajos puntuales prevén la incorporación de YPF a la Empresa Mixta de la Faja Petrolífera del Orinoco, actualmente en producción, mientras PVDSA se sumará a proyectos de explotación de petróleo y gas en Argentina, caso del yacimiento no convencional de Vaca Muerta, en Neuquén que tiene grandes expectativas. Otros planes apuntan a conformar una propuesta para conseguir financiamiento conjunto a medida del avance de los trabajos y la participación de la empresa venezolana en proyectos de expansión en el área petroquímica y transferencia tecnológica argentina y formas de cooperación que puedan acordar las partes.

La asociación YPF-PDVSA se destaca en momentos en que el mundo acusa la caída de las reservas de crudo y gas y, más allá de cuestiones políticas e ideológicas, esta alianza debería ser modelo para una integración energética continental, sumando compañías como la brasileña Petrobras, las de Estados Unidos, México y Ecuador, entre otras, para aunar recursos y planificación estratégica hacia un fin común: el autoabastecimiento regional. Debe recordarse el interés de China, Rusia e Irán por hacer pie en nuestro continente atraídos por los recursos petroleros, lo que indica la enorme proyección del negocio.