Durante una visita a Bolivia, me sorprendió descubrir que Morales había declarado el 29 de abril el "Día de la Reivindicación Marítima", apenas unas semanas después de celebrar el tradicional "Día del Mar" el 23 de marzo. La nueva jornada de protesta nacional, al igual que la vieja, fue celebrada con actos del gobierno para exigir una salida al océano Pacífico a través de territorio chileno.

Morales anunció que Bolivia recurrirá a los tribunales internacionales "para exigir acceso libre y soberano al mar" y que exigirá a Chile que le pague a Bolivia por el uso del río Silala, en la frontera entre ambos países. Chile dijo que está dispuesto a continuar con las negociaciones que podrían otorgar a Bolivia un corredor hacia el Pacífico, pero sin conceder soberanía sobre ese territorio. Los dos países rompieron relaciones diplomáticas en 1978, pero durante los últimos años han estado negociando una solución al conflicto.

"¿Qué está ocurriendo?", le pregunté a políticos y periodistas bolivianos. Casi todos coinciden en que Morales, que ganó un segundo período presidencial en 2009 con el 64% de los votos, viene en caída libre desde diciembre, y que está resucitando el conflicto con Chile por motivos internos. Evo cayó abruptamente en las encuestas desde diciembre, cuando aumentó un 70% el combustible, desencadenando masivas protestas callejeras incluyendo de sindicatos de izquierda y grupos indígenas que lo habían apoyado y tuvo que dar marcha atrás con la medida. Ahora tiene 32% de popularidad, la más baja desde que asumió la presidencia hace cinco años. "El Gobierno se está deteriorando rápidamente, y esta pelea con Chile es consecuencia de eso", dice Samuel Doria Medina, magnate y líder de la oposición. "Ellos son muy buenos para distraer la atención pública de los problemas económicos". El gobernador de Santa Cruz , Rubén Costas, me dijo que todo hace esperar "un desgaste progresivo e irreversible" del Gobierno.

Pese a los precios récord mundiales de las exportaciones de minerales, que aumentaron los ingresos en un 160% desde que Morales asumió la presidencia, el gobierno es deficitario. Los precios de la plata subieron desde U$S 7 la onza cuando asumió Morales a U$S 45 actualmente, y el estaño pasó de 2 a 14 dólares en igual período. Sin embargo, debido a los enormes subsidios estatales, las desastrosas nacionalizaciones de empresas importantes y la creciente deuda con Venezuela y otros países, el gobierno está en bancarrota.

Mi opinión: no es inusual que los presidentes bolivianos revivan la disputa territorial con Chile cuando están abajo en las encuestas. Varios predecesores de Morales, de centro y de derecha, hicieron lo mismo cuando cayó su popularidad. Sin embargo, esta vez hay algo nuevo, y es que Morales ha añadido un elemento ideológico que no existía: la politización de las fuerzas armadas bolivianas. A fines de 2010, a pedido de Morales, el ejército boliviano se declaró "socialista", "antiimperialista" y "anticapitalista". Aunque el ejército boliviano está mucho peor equipado que el chileno, y difícilmente podría darle pelea, no se puede descartar que Morales lo utilice para crear una escaramuza fronteriza que le consiga apoyo interno para ganar las elecciones de 2014. Eso hubiera sido impensable hasta hace poco, pero no en la Bolivia "antiimperialista" de hoy.