Recapturado después de una cinematográfica fuga, el narcotraficante mexicano Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán espera su extradición a los Estados Unidos sabiendo que el proceso puede llegar a durar cinco años. Los expertos sostienen que la única garantía que existe de que el líder del cartel de Sinaloa no escape nuevamente del lugar en el que está detenido, es que se lo extradite lo más pronto posible, caso contrario cuenta con el poder de negociar una nueva fuga que echaría por tierra todo el esfuerzo realizado hasta ahora por el gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto.

El proceso de extradición es complejo y consta de varios pasos, incluyendo algunas apelaciones por parte del detenido, que es lo que provoca la demora en su concreción.

El peligro de que ‘el Chapo’ huya nuevamente de la cárcel, es que este narcotraficante tiene el poder de seguir controlando el negocio desde su lugar de detención, lo que hace vulnerable a un entorno que, precisamente, se caracteriza por ser corrupto y estar dispuesto a negociar en forma permanente con la delincuencia.

En el estado de Texas, jurisdicción que tramitó el pedido de extradición a México, existe el convencimiento de que una vez que Guzmán ingrese a su cárcel de máxima seguridad para purgar una larga condena le será imposible escapar. También se aclaró que no está previsto aplicarle la pena de muerte, a pesar de los numerosos cargos que pesan sobre el narcotraficante.

Una simplificación de las actuaciones en este proceso de extradición podría redundar en que el procedimiento sea más rápido y así evitar la posibilidad de que este peligroso individuo escape una vez más.