Se espera que la primera etapa del lanzamiento de la red 5G en Latinoamérica empiece durante el corriente año. Pero la adopción completa tardará un poco más. La mayoría de las conversaciones con los operadores de telecomunicaciones en Latinoamérica giran en torno a las pruebas y evaluaciones de la red 5G en los principales países de La región, como Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile. Según nuestra encuesta realizada en colaboración con 451 Research, muchos de estos operadores tienen planeado su primer lanzamiento en el 2020 con implementaciones significativas para el 2025. El informe identifica tres factores que posibilitan el avance hacia las redes 5G en la región: la actualización de la actual infraestructura física de telecomunicaciones. Esto significa que la adquisición de sitios y derechos de paso deberán resolverse, y deberá existir conectividad de red de retorno. La infraestructura física también es fundamental para la computación en el borde de acceso múltiple (MEC, la arquitectura estándar para la computación en el borde de la red definida por el grupo MEC del Instituto Europeo de Normas de telecomunicaciones). En esta área, Latinoamérica ha logrado avances significativos: el 40% de los encuestados está implementando la infraestructura de MEC antes de la implementación de la red 5G. Dada la cantidad y densidad de las áreas urbanas, así como la dispersión en los entornos más rurales, la infraestructura de la computación en el borde de acceso múltiple depende en gran medida del control y el monitoreo remotos. Los operadores en la región tienen un incentivo para identificar las estrategias que les ayuden a optimizar sus costos operativos, y el uso de software y el monitoreo remoto son muy buenas maneras de lograr tales optimizaciones. El entorno normativo en Latinoamérica es complejo. No contamos con un organismo regional o regulador que pueda impulsar la consistencia ni las recomendaciones para la infraestructura de la red 5G en los diferentes países. Esta red es en parte un mercado impulsado por el consumidor y, por lo tanto, depende en gran medida de los ingresos por unidad. La capacidad de pago de los teléfonos inteligentes y la capacidad de los operadores para invertir gastos de capital en infraestructura y redes de telecomunicaciones. La transición a la red 5G en Latinoamérica requerirá de actualización en infraestructura física, comprensión del complejo entorno normativo e inversión en infraestructura de red y centros de datos.

Por Fernando García
Vicepresidente de Vertiv Latinoamérica