El nueva Papa, como cardenal Jorge Mario Bergoglio, siempre fue muy enemigo de los extremos, desde criticar duramente al Fondo Monetario Internacional (FMI) por imponer políticas económicas destructivas para Argentina hasta reprender las medidas económicas y populistas.
Siempre firme contra todo tipo de abusos, así sean referente a la corrupción, a la desigualdad y a temas específicos como la trata de personas, el papa Francisco utilizó un mensaje apolítico y conciliador, que fue interpretado o tergiversado como "de oposición”, ante un gobierno que considera que todo lo que no está a su favor, está en su contra; y que puede hilvanar historias retorcidas, para justificarse.
El gesto del nuevo pontífice de abrazar a San Francisco de Asís connota claramente que seguirá buscando por el camino de la conciliación y el diálogo el acercamiento de todos los sectores y será, con su ejemplo, como demostrará el camino para construir una mejor sociedad. Los gestos son importantes en esta primera semana de pontificado, pero habrá que esperar cuáles son los ejemplos de restauración interna de la Iglesia para que queden como el camino a seguir.
El mundo está ávido por tener un líder espiritual (y político) a quien escuchar y de quien aprender. Y cuando el Señor parecía dormir, como dijo el ahora cardenal emérito Benedicto XVI, la esperanza volvió a florecer.
Seguramente el estilo mesurado y humilde de este papa, que ha tenido la misma firmeza para reformar la actitud de la Iglesia conservadora de Argentina, tendrá efectos positivos entre las autoridades del Vaticano y la curia mundial. Más allá de todas estas características positivas, no puedo dejar de explicar lo que dije en otras reflexiones, sobre que hubiera preferido que fuese elegido Sean O’Malley, el fraile franciscano capuchino y cardenal de Boston, no solo porque tiene la misma actitud ante la vida que Francisco, sino porque fue mi mentor espiritual y periodístico. Trabajé con él en el Centro Católico Hispano a principios de los "80 y me contrató para trabajar en El Pregonero, el periódico que él había fundado.
Por eso hago mías las declaraciones del cardenal Sean P. O’Malley, sobre la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco, el que recibió de inmediato las felicitaciones del arzobispo de Boston. "Me uno a mis hermanos cardenales para dar gracias a Dios por la elección del Papa Francisco, sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo. El clero, religiosos y laicos de la Arquidiócesis de Boston celebran esta bendición para la Iglesia.”