Galileo Galilei quien en 1616 debió someterse a la Inquisición.

Galileo Galilei (1564-1642) era un científico de la matemática, astronomía y física. Tenía mentalidad renacentista, como Miguel Angel, Leonardo Da Vinci y Erasmo. En Galileo no hubo cuestiones de fe, sino rivalidades ambientales y conflictos de ideologías. Sin quererlo, Galileo se vio envuelto en las luchas entre Médicis y Barberinis. Como científico sobresale en muchas áreas. Dicta clases de matemática en la Universidad de Padua y con telescopio fabricado por sus manos obtuvo datos sensacionales: la luna mostraba sus cráteres y aumentaba treinta veces; aparecían miles de estrellas desconocidas; la Vía Láctea no era una nube sino millones de astros y Júpiter mostraba sus cuatro satélites. Galileo popularizó las ideas de Copérnico -la tierra no era el centro y se mueve- y en un libro suyo titulado "El diálogo entre los sistemas del mundo'', ridiculizaba a los clérigos que interpretaban la Biblia al pie de la letra. Cuando se afirma en el libro de Josué que Dios detuvo el sol y no la tierra y así los israelitas vencieron a los gedeones en una batalla (Josué 10, 12-13), se interpretaba literalmente que sólo la tierra era firme y el sol no, como afirmaba Galileo.


En 1616 fue convocado a Roma por la Inquisición que le prohíbe enseñar y escribir sobre el tema. El proceso es fruto de la época y de la mentalidad cerrada de los estados pontificios. En 1633 fue nuevamente procesado y obligado a abjurar por no haber observado las recomendaciones de 1616. La Inquisición prefirió la "seguridad'' de la escritura -interpretada en clave solo literal- y no lo que entendía como débiles argumentos heliocéntricos de Galileo. El científico fue condenado a prisión domiciliaria en su casa de Arcetri y debía recitar los siete salmos penitenciales una vez por semana durante tres años.


La ciencia y la fe están llamadas a ser amigas, aliadas y no rivales. Sencillamente porque ambas buscan la verdad y el bien de las personas. Sin embargo, hubo épocas en la historia donde el desentendimiento hizo estrago. El papa Juan Pablo II, refiriéndose a este científico, expresó: "A partir del siglo de las Luces hasta nuestros días, el caso Galileo ha constituido una suerte de mito, en el cual la imagen de los acontecimientos que se habían construido, estaban distante de la realidad. En tal perspectiva, el caso Galileo era el símbolo del pretendido rechazo, de parte de la iglesia, del progreso científico, o del "oscurantismo dogmático'' opuesto a la libre búsqueda de la verdad. Este mito ha jugado un rol cultural considerable; ello ha contribuido a retener a muchos hombres de ciencia en buena fe, en la idea de que hay incompatibilidad entre el espíritu de la ciencia y su ética de búsqueda por un lado, y la fe cristiana, por el otro. Una trágica recíproca incomprensión fue interpretada como el reflejo de una oposición constitutiva entre ciencia y fe''.


La "recíproca incomprensión'' de la que hablaba Juan Pablo II creó el mito de la incompatibilidad entre ciencia y fe, que aún perdura hasta nuestros días en ciertos ambientes académicos. Pero hemos de tender puentes, no levantar muros. La justa causa del hombre lo necesita. Todos estamos llamados, respetando los ámbitos propios y las pertinencias irrenunciables, a gestar una nueva humanidad, sin agresiones ni violencias. La verdad no se impone por la fuerza. Ella misma posee un potencial capaz de acercarnos a la luz y alejar las sombras.

Por el Pbro. Dr. José Juan García
Vicerrector de la Universidad Católica de Cuyo