En los tiempos festivos religiosos, como el celebrar navideño, ocupa un lugar destacado la gastronomía, la cual implica no sólo lo referido a diferentes tipos de comidas y bebidas, sino también una serie de costumbres o hábitos que se incorporan al comportamiento cotidiano. Los antropólogos apuntan que el amplio abanico culinario, junto a las tradiciones para consumirlos que poseen los diferentes grupos sociales, exteriorizan no sólo su cultura, sino también denotan rasgos de su identidad.

La gastronomía navideña en Latinoamérica se nutre de varios modelos alimentarios, provenientes tanto de tradiciones europeas, algunas de las cuales han sido reelaboradas, como así también de los esquemas culinarios-étnicos del propio continente. En general cada país tiene su propio recetario para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Por ejemplo en la República Dominicana es usual que en los almuerzos navideños las familias se congreguen alrededor de una pierna asada de cerdo, acompañada de pasteles cubiertos con hojas de plátanos. En países como México existe una conjunción de comidas que poseen ingredientes prehispánicos, fusionadas con componentes españoles y hasta algunas especias originarias de Asia. Es común utilizar para la elaboración de diversos platos, frutos de la tierra como el maíz, aguacate, cacao, papaya, los cuales son "regados'' con licores como el ponche y otras bebidas. En Ecuador un plato muy frecuente para celebrar la Nochebuena, son los buñuelos de maíz, bañados con miel.

Toda esta gastronomía incluye además una serie de interacciones sociales, algunas de tipo comunal, tal como ocurre en Manabí, donde se combina la visita de pesebres con el juego llamado "el florón está en mis manos'', en el que se cantan coplas con sus respectivos contrapuntos. Y llegando a las provincias del noroeste argentino, observamos un universo de comidas y bebidas, algunas con sustratos de la gastronomía andina. Ancestrales platos y bebidas son consumidos con abundancia. Empanadas charqui, anchi y pelones de postre es uno de los platos preferidos de los salteños, junto con la chicha. Y dentro de los rituales religiosos ocupa un lugar relevante los misachicos, pequeñas procesiones realizadas en el campo, a través de los cerros, portando una imagen del Niño Dios.

En cuanto a Cuyo, la gastronomía navideña es principalmente de origen europeo, combinada con comidas criollas, destacándose en una época no muy lejana el clásico pavo asado, criado usualmente en corrales caseros. Se conserva la vigencia del consumo de dulces, como el clásico pan de Navidad, de origen occidental, junto a turrones y garrapiñadas.