Alfajores a base de harina de algarrobo son muy nutritivos y de exquisito sabor.

Por José Correa
DIARIO DE CUYO

Suele decirse que las tradiciones gastronómicas de los pueblos forman parte de su identidad. En la industria del turismo internacional este aspecto es muy valorado. Por tal motivo, la gastronomía tradicional prehispánica de 25 de Mayo, como del resto de la provincia, podría convertirse en una posibilidad concreta de despegue económico. Más aún si se trabajan en innovaciones que para el público de otras latitudes sea una sorpresa de la gastronomía. En ese sentido, el biólogo Mariano Hidalgo, responsable técnico del sitio "Ramser'', de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia, dice que uno de esos ejemplos es el alfajor de algarroba o aquellos tradicionales; pero que las nuevas generaciones poco conocimiento tienen de otras preparaciones como el cocho o el patay, todas con alto contenido energético, por lo que tiene grandes posibilidades alimenticias para nutrir a las comunidades vecinas de la laguna de Huanacache, por ejemplo. El alfajor de algarroba se hace a partir de la harina de esta vaina que es fruto de un árbol que está en varios departamentos de la provincia y que es necesario cuidar, debido a la depredación que hacen los delincuentes que invaden territorios donde crecen estos árboles que son fuente de sustento y protección para el ser humano como para los animales silvestres.


Con el algarroba también se hacía y se está volviendo a elaborar bizcochuelos, maicenas, medialunas, entre otras exquisiteces. Este volver a empezar de las comunidades que fueron perdiendo esas tradiciones gastronómicas antiguas, debido también a que muchos jóvenes tuvieron que buscar nuevos horizontes. Así las cosas, desde hace dos años, la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia trabaja con las comunidades originarias con el fin de hacer una tarea sustentable con los pobladores. "Es así que hace un año ya presentaron en distintas ferias llevadas a cabo en 25 de Mayo como en El Encón y Santa Rosa, los distintos productos que tienen como materia prima los frutos de los algarrobos'', comenta Hidalgo. Agrega que la tarea es desempolvar todos esos conocimientos históricos de la utilización alimenticia del algarrobo. Esta es una tarea en conjunto con los pobladores. Es decir, hacer un uso sustentable, no maderero del bosque nativo. Y, claro, se utiliza los productos para venderlos, en especial en las ferias y exposiciones que se realizan en el departamento y la provincia. En estas ferias se lleva a cabo el trabajo final de las labores realizadas a lo largo del año con la población del lugar. Ya se está trabajando con la miel, talabartería, tejidos. La idea oficial es introducirlo en el mercado haciendo educación y concientización de los recursos naturales. Es decir, cuidar el medio ambiente y también vivir de él con especial cuidado de flora y fauna.