El aula escolar es un ámbito que debe romperse a fin de desestructurar los modelos tradicionales.


Si partimos del término crear, se despliega en nuestra mente un abanico de imágenes. Tal vez la mayor referencia cotidiana la encontramos en el arte. No obstante el artista es un creador. El docente, también crea cada vez que prepara y desarrolla sus propuestas didácticas. No obstante la inclusión de clases creativas son hoy imprescindibles. Todos los alumnos encuentran dentro del ámbito educativo, modelo de valores, diferentes a los que ven en la sociedad. Hoy el aula que haya evolucionado al siglo XXI ha de ser un entorno productivo en el que los alumnos puedan desarrollar competencias que necesitará en sus futuros puestos de trabajo. "El mundo necesita sujetos competentes capaz de resolver situaciones problemáticas y toma de decisiones en la vida real''. El tema de las planificaciones y su trabajo en el aula, no es dejar totalmente lo tradicional, no es empezar de cero, sino es rescatar lo bueno, es aprender, desaprender e Innovar. Ese ámbito da un protagonismo diferente al alumno. Allí se notarán los cambios porque tanto los docentes como los alumnos deben ser competentes. En ella, a veces, la mayoría, el alumno está quieto y sin movimiento. En realidad, él no está siempre así, sino en las redes sociales, se mueve, investiga, pregunta. Ese ámbito debe romperse, desestructurar los modelos tradicionales. El espacio físico hoy es inseguro ante una nueva modalidad. En este sentido, la inversión en destreza personal, es elevada en proporción con la inversión al conocimiento. El artista que pinta un cuadro imprime sobre el trozo trazos y colores, toma distancia, observa, analiza, corrige. Al concluir su obra, contempla el resultado, puede aprobarlo o no, pero no puede negar su esfuerzo, tampoco el disfrute de su trabajo. De la misma manera, el docente, como el pintor, toma distancia de su obra, que es cada clase y las analiza. Así también diseña, elabora gráficos, usa tecnologías hasta dar con lo más adecuado, De esta manera se debe agiornar el espacio pedagógico. El docente que se evalúa, es alumno de su propia práctica. Este es el espíritu que debe reinar en el trabajo áulico cotidiano, para que cada clase sea una creación. Es decir, un ámbito que propicie la interacción de docentes y conocimientos, romper con la monotonía. El trabajo hoy, está en el aula, más allá de la currícula. Ella, bien diseñada, es motivadora porque "motivación'' es un término que deriva del verbo latino "moveré'' que significa moverse, ponerse en movimiento o estar listo para la acción. En nuestras aulas poco se mueven, se les pide absoluto silencio, sin pensar en lo potente que es el interactuar con sus compañeros mediante el "trabajo colaborativo'' moverse, preguntar, dudar. Recientes investigaciones han comprobado que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Ello significa el cambio de clases magistrales por otros soportes. A través de la neurodidáctica se observó que el cerebro es un órgano social que aprende junto a otras personas. Por ello, docentes y directivos trabajando en equipo, son los motores del cambio y la innovación.


Por Yolanda Quiroga 
Especialista en Educación.