Dique Nivelador San Emiliano. Su construcción finalizó durante el gobierno de Benavídez, convirtiéndose en una de sus principales obras.

Además de Domingo Faustino Sarmiento, en cuanto a las realizaciones de agricultura, forestación, importancia de los árboles e irrigación, hubo varios gobernadores en aquel Siglo XIX, que también se destacaron en estos aspectos. Uno de ellos fue Salvador María del Carril, político de trascendencia nacional. Del Carril asumió o gobernó desde 1823 a 1825, apenas dos años pues fue destituido por una revolución. Es conocido por la célebre "Carta de Mayo'', pero además, dice el historiador Héctor Arias "Quiso que la pequeña San Juan fuese una ciudad limpia y confortable e innumerable son las medidas tomadas: apertura de nuevas calles; enriquecimiento del arbolado que era poco; cuidada higiene de calzadas y de aceras''.


Por su parte el investigador Efraín Ramírez expresa: "se preocupa por el embellecimiento de la ciudad y de su estado higiénico, haciendo trazar nuevas calles que facilitan el tránsito (...) Se abre la cuarta "Calle Ancha'' o avenida del Este de la ciudad, formándose en ella un pintoresco paseo, adorando por dos hileras de álamos y árboles frutales (naranjos) que luego se llamó "la Alameda''. Además este gobernador fomentó la agricultura, arreglado de acequias, principalmente la matriz.


Es interesante mencionar una circular del año 1823 que obliga a los pocitanos y angaqueros a plantar álamos y sauces en todos "los frentes cercados que caigan a las calles''.

Sarmiento, Del Carril y Benavídez se destacaron por impulsar obras de forestación e irrigación, esto último considerando la importancia que el recurso hídrico tiene para la provincia, tanto para el consumo humano como para el desarrollo de su agricultura


El agua y la irrigación

De signo político contrario, tenemos a un gobernador de ideología federal: Nazario Benavídez, el "caudillo manso''. Gobernó un largo tiempo, a veces delegando sus funciones, desde 1836 hasta 1855. Una de las obras que caracterizó a Benavídez se relaciona con el agua y la irrigación. Benavidez conocía palmo a palmo su provincia, sabia de cultivos y labranzas pues tuvo propiedades rurales, de ahí que sabía lo que el agua y su justa distribución representaba para los sanjuaninos. En este sentido culmina el Dique San Emiliano, este, dice el profesor Héctor Arias "representó para Benavídez su mejor monumento, porque desafió al tiempo y a las crecientes durante un siglo''. En este punto hago un alto. La recordada historiadora Margarita Ferrá de Bartol me manifestó en una ocasión: "el lugar para una estatua de Benavídez es Chimbas, tu departamento...''. Lamentablemente su trágica desaparición truncó esta idea.


Continuando con la obra del caudillo federal, creó la Inspección Central del Agua y diferentes Comisiones Departamentales para la irrigación y agricultura, aumentado la superficie cultivada de San Juan. Asimismo realizó un censo general de su provincia que daba cuenta exacta de la superficie labrada, contabilizando molinos y trapiches. Culminado este breve escrito, observamos -hay más ejemplos- como distintos funcionarios públicos en aquel convulsionado Siglo XIX, apuntaron sus esfuerzos y visión hacia las actividades expresadas.

Salvador María del Carril.
Domingo Faustino Sarmiento.
Nazario Benavídez.