Es posible que muchos jóvenes lectores no sepan qué es una "’vitrola”, seguramente a ellos les gustaría más informarse sobre las últimas versiones de los iPod Touch 5G o Mini Tablet y otras maravillas que absorben la atención de quienes aman las innovaciones tecnológicas. Pero es bueno saber cómo en su momento, un invento fantástico de hace más de un siglo, maravilló también a la juventud del mundo entero. Me refiero a la aparición de unos increíbles aparatos que podían reproducir dentro del hogar la música de legendarias orquestas e hicieron posible escuchar inmortales voces como las de Enrico Caruso o Carlos Gardel.

La gloria de llevar a la práctica por primera vez esta hazaña, se la llevó el gran inventor estadounidense Tomás Alba Edison quien patenta en 1877 una revolucionaria máquina que la llamó fonógrafo (de: phoné=voz, sonido y grapho=yo escribo). Se trataba de un dispositivo mecánico que imprimía sobre los surcos de un cilindro de cera las vibraciones acústicas producidas por una membrana a la cual estaba fijada una púa que se movía de arriba hacia abajo. Lamentablemente los cilindros tenían la desventaja de ser muy caros, poco durables, difíciles de grabarlos y fabricarlos en cantidad. Pero fue el ingeniero Emil Berlinerquien con el tiempo sepultó al fonógrafo de Edison cuando solo diez años después, patentó otra máquina basada en principios similares, pero con la diferencia que el sonido se grababa en un disco plano donde la púa se movía lateralmente en los surcos de su superficie. A esta revolucionaria máquina la llamó gramófono (de: gramma=escritura).

Como los discos se podían fabricar en grandes cantidades y a bajo costo, Berliner crea un estudio de grabación en Filadelfia. Desafortunadamente para él, por problemas económicos, en 1901 lo vende a un mecánico e inventor creador de un eficiente motor a cuerda de velocidad constante llamado Eldridge Johnson. Así nace la nueva empresa que se llamó Victor Talking Machine Company y se radicó en Nueva Jersey. En ese año, introdujo cinco nuevos modelos de gramófono y vendió 7.570 máquinas al público. El famoso logotipo de "’La voz de su amo” basado en el expresivo cuadro de Francis Barraud que muestra al perrito Nipper escuchando un gramófono, fue introducido en 1902. Perfeccionando el método de grabación de discos, ese mismo año se vendieron 1.700.000 registros. Con el tiempo se empezaron a fabricar distintos modelos que se llamaban comercialmente "’victrola”. Se difundió tanto el uso de esta máquina que este nombre quedó como genérico para referirse a cualquier tipo de gramófono. Luego, en algunos países como el nuestro, de la palabra "’victrola” derivó, por enmudecimiento de la C, la palabra "’vitrola” que es como la seguimos llamando. Desde entonces comienza una exitosa carrera de crecimiento de esta colosal empresa que hoy conocemos como RCA Victor y JVC.

Afortunadamente poseo una bella pieza de estas verdaderas joyas mecánicas, que nació en Estados Unidos hace 90 años. Este noble ejemplar que lo conservo en perfecto estado, en su momento era el más costoso de los modelos ofrecidos, tiene su gabinete hecho en caoba de elegante diseño estilo Queen Anne, con sus patas terminadas en forma de garra. Se trata de la Vitrola Modelo VV-410, que mi abuelo le regaló a mi madre cuando cumplió quince años.

De tanto en tanto, con mi familia puedo disfrutarla en casa escuchando el casi milagroso sonido que sale de sus entrañas, cuando mi vitrola suena, mis nietitos apagan sus iPods.

(*) Ingeniero.