El Departamento de Justicia ordenó a los fiscales no interferir con los dos estados que han aprobado leyes que autorizan el uso recreativo y la venta de marihuana a partir del año próximo. La resolución fue aplaudida por el sector prolegalización, que la considera histórica, ya que la marihuana sigue siendo ilegal para la ley federal.

Según el memorándum del 29 de agosto, los fiscales no deberán cuestionar las leyes de legalización de los dos estados siempre y cuando ambos gobiernos impongan un sistema regulatorio estricto que prohiba, entre otras cosas, la venta a menores, el cultivo en tierras públicas y su exportación a estados que no la han legalizado. "’Esto coloca a EEUU en una posición incómoda”, dice John Walsh, experto de la Oficina de Washington sobre Latinoamérica, que apoya la legalización de la marihuana. "’Estados Unidos está implementando en su casa una política muy diferente de la que recomienda a otros países”.

La decisión judicial tendrá un gran impacto en Latinoamérica, donde muchos países están debatiendo sus propias leyes de legalización. En Uruguay, la Cámara de Diputados ya aprobó la legalización respaldada por el gobierno y se espera aprobación del Senado antes de fin de año. En México, donde más de 50.000 personas han muerto en los últimos seis años en la guerra contra las drogas apoyada por EEUU, los partidarios de la legalización tendrán argumentos adicionales para respaldar un cambio de rumbo. ¿Por qué seguir perdiendo vidas y gastando fortunas para combatir la marihuana cuando ni el propio gobierno estadounidense lo está haciendo?, preguntarán.

Cuando le planteé esto a un funcionario del Departamento de Estado, me dijo que "’la marihuana es y sigue siendo ilegal según la ley federal. Continuaremos nuestra importante cooperación antinarcóticos con la comunidad internacional para combatir el uso y el tráfico de drogas, y para mejorar la seguridad de los ciudadanos”. Y afirmó que la resolución polémica está condicionada a la capacidad de los estados de Washington y Colorado de hacer cumplir sus regulaciones.

Mi opinión: La decisión del Departamento de Justicia de EEUU es un parte-aguas en la guerra contra las drogas. Habrá un antes y un después. No hay duda de que es más fácil apoyar la legalización de la marihuana en los estados de Washington o Colorado, donde es probable que la policía evite la venta masiva de marihuana a los niños, que en Guatemala o Honduras, donde hay tanta corrupción policial que tal tarea se hará mucho más difícil.

Pero Obama debería empezar a flexibilizar su oposición a las leyes de legalización de otros países a cambio de un acuerdo internacional para hacer cumplir reglas como la prohibición de ventas a menores, y de un compromiso regional de invertir los miles de millones de dólares que se gastan en combatir la marihuana, en campañas en programas de educación, prevención y rehabilitación. Pero no se puede permitir una cosa en casa, y prohibirla afuera.