Mencionar el nombre de Isabel Flores de Oliva, puede no significar nada para los inadvertidos. Sin embargo, este era el verdadero nombre de quien fuera Santa Rosa de Lima. Nació el 30 de abril de 1586 y falleció el 24 de agosto de 1617. Se trataba de una religiosa peruana de la orden de los dominicos que fue la primera santa de América. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños. Su fama de santidad se extendió pronto. Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia Católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales. Así lo explica el presbítero de la Iglesia Catedral de San Juan, Daniel Sebastian.

El sacerdote cuenta que en esa época habían dos grandes modelos o ideales en la sociedad. En el ámbito masculino, el de ser soldado. En el femenino, dedicarse a la vida religiosa. Ella tomó como modelo a Santa Catalina de Siena, una gran referente en Europa de la espiritualidad católica.

Sebastian dice que "Santa Rosa de Lima sigue siendo un verdadero desafío para la sociedad actual, el desafío de la santidad”. agrega que esta santidad de vida es posible, no es una utopía, se puede alcanzar, buscando los planes de Dios. Entregándonos al bien común”.

Santa Rosa de Lima nació en el hospital del Espíritu Santo. Era hija de Gaspar Flores (un arcabucero de la guardia virreinal, natural de San Juan de Puerto Rico) y de la limeña María de Oliva. Recibió su bautismo en la parroquia de San Sebastián de Lima. Sus padrinos fueron Hernando de Valdés y María Orozco. Bautizada como Isabel Flores de Oliva, en la confirmación recibió el nombre de Rosa.

Nunca llegaría a recluirse en un convento. Bien pronto tuvo gran fama por sus virtudes, que explayó a lo largo de una vida dedicada a la educación cristiana de los niños y al cuidado de los enfermos.

Con todo acierto, Rosa había predicho con años de anticipación, que su vida terminaría. El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver al convento Nuestra Señora del Rosario.

El proceso que condujo a la beatificación y canonización de Rosa de Lima empezó casi de inmediato, con la información de testigos promovida en 1617-1618 por el arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo Guerrero. Tras cinco décadas de procedimiento, el Papa Clemente IX la beatificó en 1668 y un año después la declaró patrona de Lima y de Perú. Su sucesor, Clemente X, la canonizó en 1671; un año antes la había declarado además patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales. La festividad de Santa Rosa de Lima se celebra el 30 de agosto en la mayor parte de los países, pese a que el Concilio Vaticano II la trasladó al 23 de agosto.