San Juan cuenta con una replica del sable corvo del Libertador Gral. José de San Martín. Este pieza adquirida por la Asociación Cultural Sanmartiniana integra el acervo patrimonial del Museo Histórico Sanmartiniano y sirve para cumplir con los objetivos estatutarios de la institución "Honrar la Memoria del Padre de la Patria” divulgando su vida y obra.
El sable original se encontraba hasta el 24 de mayo pasado, por decreto nacional, en un templete blindado en custodia del Regimiento de Granaderos a Caballo, desde 1967. El arma fue adquirida por San Martín en la ciudad de Londres en 1811, previo a embarcarse para el Río de la Plata para incorporarse al movimiento revolucionario de mayo. Por cláusula testamentaria del 23 de enero de 1844, legó el sable al Gral. Don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino ha tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tratan de humillarla.
Al partir el héroe a su exilio en Europa, en 1824, el sable queda en tierra mendocina bajo la custodia de una familia amiga.
En 1835, les escribe a su yerno Mariano Balcarce y a su hija Merceditas solicitándoles que le llevaran el sable a Grand Bourg, primero y en Boulogne Sur-Mer, después, donde permaneció hasta su deceso, el 17 de agosto de 1850.
Después de la muerte de San Martín, Balcarce escribe a Rosas expresándole que le entregará el sable por disposición testamentaria de su padre político. A la muerte de Rosas, en 1877, pasó a manos de su yerno Máximo Terrero.
En 1896, el entonces director del Museo Histórico Nacional, Dr. Adolfo P. Carranza, solicitó por carta a Manuelita Rosas la donación al Museo Histórico del Sable del Libertador. El 26 de noviembre de 1896 le contesta que se hará lugar a lo solicitado. Con fecha 1 de febrero de 1897, Terrero contesta la nota oficial al director del Museo Histórico, expresándole que su contestación es el envío de la prenda a Buenos Aires. Acompaña una nota dirigida al Presidente de la República, suplicando a SE "se sirva aceptarla en calidad de una donación hecha a la Nación Argentina, en nombre mío, de mi esposa, de nuestros hijos y al mismo tiempo manifestando el deseo que sea depositada en el Museo Histórico Nacional”.
La caja conteniendo el sable corvo fue embarcada en el "Danube” de la Royal Mail, desde el puerto de Southampton para Buenos Aires, donde fue desembarcada, previo trasbordo desde la corbeta "La Argentina”, el jueves 4 de marzo de 1897.
El presidente de la República, José Evaristo Uriburu, decreta que el sable se depositará en el Museo Histórico.
La donación del sable a Rosas ha tenido diversas interpretaciones, pero sin duda alguna, las mayores críticas nacieron en los sectores unitarios de la época, quienes no dudaron en señalar que ello había obedecido a una larga ausencia de San Martín desconociendo lo que aquí sucedía y por su avanzada edad.
Debemos entender en el legado de San Martín a Rosas, que el primero estuvo más allá de los partidos políticos de la época (unitarios y federales). Los unitarios no supieron encumbrarse sobre las pasiones políticas del momento y en lugar de entender a San Martín lo fustigaron sin darse cuenta que el héroe se oponía tenazmente a la alianza de los opositores de Rosas con el extranjero. El combate de la Vuelta de Obligado demuestra la razón del Libertador en legar el sable al Gral. Juan Manuel de Rosas.
Así permaneció el sable corvo bajo custodia del Museo Histórico Nacional desde esa época hasta el 12 de agosto de 1963, en que fue sustraído por un grupo de personas vinculadas a la Resistencia Peronista, invocando motivos políticos. Pocos días más tarde, el sable fue devuelto y se lo depositó transitoriamente bajo la custodia del Regimiento de Granaderos a Caballo (presidencia del Dr. José María Guido). Posteriormente, con fecha 17 de agosto de 1964, por mandato judicial, se lo entregó, en sencilla y emotiva ceremonia al Museo Histórico Nacional.
Dos años mas tarde, nuevamente el sable fue sustraído y devuelto 10 meses después, depositándoselo en el Regimiento de Granaderos a Caballo "General D José de San Martín”, donde fue colocada para su guarda y seguridad dentro de un templete blindado construido al efecto. Por decreto del 21 de noviembre de 1967, el presidente de facto Gral. Juan Carlos Onganía dispuso su guarda definitiva en el Regimiento de Granaderos. Ahora, por decreto de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el sable ha vuelto al Museo Histórico Nacional, con custodia permanente del Regimiento de Granaderos a Caballo, con lo cual se cumple definitivamente con el legado de la familia Terrero Rosas.
