Hace cien años, el 12 de octubre de 1916, asumía la presidencia de la Nación Hipólito Yrigoyen, perteneciente a la Unión Cívica Radical, partido político nacido a finales del Siglo XIX. Yrigoyen llegaba a la primera magistratura sin fraude ni ningún tipo de negociado político, lo hacía gracias a la ley electoral Sáenz Peña, que garantizaba la limpieza del sufragio.

Era este un hombre muy especial, un tanto hosco, poco amigo de las reuniones pomposas, tenía una personalidad con cierto halo de misticismo o misterio. Yrigoyen, junto a su tío, Leandro Alem, fueron los hacedores ideológicos de la Unión Cívica Radical. Cabe recordar o hacer conocer en que se sustentó el contenido filosófico de este partido.

En general los historiadores o especialistas en la temática, como el Dr. Orlando Molina Cabrera, apuntan que una de la corrientes en que se asentó el radicalismo, fue la federalista de mediados del Siglo XIX, corriente a su vez se nutrió de fuentes europeas y americanas, sintetizándolas con el catolicismo, corolario de esto fue una suerte de pensamiento liberal-católico, con matices federales.

El federalismo nuestro conformó una línea política formada por grandes personajes que procedían del antiguo partido federal. A ella pertenecía Leandro Alem, emparentado familiarmente con el rosismo.

Don Hipólito Yrigoyen comenzó su carrera política con su tío Alem. Igualmente el partido radical se alimentó de una corriente filosófica llamada "krausismo+, pensamiento derivado del intelectual alemán Karl Krause, el cual influyó marcadamente en Yrigoyen.

Esta corriente ideológica hace alusión a "la unidad del espíritu y la naturaleza de la humanidad+. La humanidad se conforma para este filósofo, de un conjunto de seres recíprocamente interrelacionados y que a su vez se relacionan con la divinidad.

Considera que el ideal de la humanidad no es el dominio de un Estado sobre los restantes, sino la constitución de una suerte de federación universal de Estados, sin predominio de uno sobre otro...". Yrigoyen interpretó como sinónimo de idealismo a la Nación, definiéndola como un conjunto de personas unidas por una armonía de tradiciones en vista a su realización orgánica.

Otra faceta fundamental del ideario radical, es el concepto de "economía nacional", es decir que los hombres públicos encargados de las grandes decisiones, no sean empleados, auditores o administradores de las grandes empresas extranjeras, es incompatible servir al Estado y simultáneamente a una corporación foránea.

(*) Magister en Historia.