Hace alrededor de 9 años, este diario publicaba por primera vez que el entonces intendente del departamento Iglesia, Mauro Marinero (hoy diputado proporcional), había pasado por encima leyes federales y provinciales y con una ordenanza había usado parte del dinero de las regalías mineras en gastos corrientes, cuando estaba vigente una norma que lo obligaba a usar esos recursos en obra pública. El exjefe comunal había colocado el dinero en plazo fijo y usaba los intereses de esa cuenta en pagar becas y sueldos. Después, Marinero y otros, se tomaron de la reglamentación de una ley que modificó el reparto de las regalías para usar el 20 por ciento de ese dinero en política. Es decir, blanquearon las irregularidades de Marinero. La ley de la que se tomaron fue promovida el radical Mario Capello antes de dejar la Cámara de Diputados sanjuanina. Esa norma retocaba los porcentajes del reparto de regalías mineras para municipios y el Poder Ejecutivo, pero nada decía de cómo o en qué debían usar esos fondos los intendentes. Incluso, como Veladero, Gualcamayo y Casposo ya estaban en funcionamiento, la norma no aplicaba para esos proyectos. Pero nada de eso importó e igual le dieron a Marinero la herramienta (i) legal para usar el famoso 20 por ciento de las regalías en cualquier cosa. Y así lo hizo. Pasaron por encima de todo. Hicieron lo que quisieron. Gracias a ese uso político de los recursos de la minería, Mauro y su hermano Marcelo armaron un esquema de poder en Iglesia que les permitió conducir el departamento durante doce años.


En algunas de las tantas notas periodísticas que este diario realizó desde 2011 para acá, se decía que había que prestar atención a las obras en las que se gastaban la plata los Marinero y cómo se hacían esas construcciones. Y, curiosamente o no, esta semana volvió a surgir una que se mencionó varias veces en distintos medios: los famosos "cordón-cuneta" de los Marinero. El viernes el actual intendente Jorge Espejo, quien pudo desbancar a los Marinero gracias al apoyo de un sector del bloquismo y del gobernador Sergio Uñac, dijo que los cordones, puentes y acequias que hizo Mauro Marinero, que costaron casi toda la plata de regalías mineras de cuatro años, se rompieron. Sólo duraron 9 años. Según Espejo, calculan que deberán invertir entre 80 y 90 millones de pesos en remover los escombros de las construcciones defectuosas y hacerlas otra vez. "Los cordones no tienen hierro", dijo Espejo en el programa Demasiada Información de Radio Sarmiento. Lamentablemente el actual jefe comunal no tenía o no quiso revelar el costo de la obra mal realizada. Es, en esencia, la prueba más cruda y desoladora de lo que todos dejamos que pasara en un departamento postergado de 7 mil habitantes. Y ojo, hablamos de cordones mal hechos, no de hospitales u hoteles que, en resumen, es el problema central. No hay perdón de Dios, pero lamentablemente sí de los hombres.


Esos tipos -los Marinero- terminaron protegidos por la política, pero castigados por los ciudadanos. A instancias de Graciela Caselles, la diputada nacional quien en 2023 cumplirá 16 años en Diputados, Mauro logró meterse a los empujones en las listas de 2019 y terminó como legislador proporcional. Ni siquiera departamental. De igual forma embolsa todos los meses cerca de 190.000 pesos. Y contrató a su hermano como asesor en la Legislatura: "Chelo" Marinero cobra actualmente entre 50 y 90.000 pesos. Caselles, la que nos hizo el favor, se mete al bolsillo unos 220.000 pesos cada 30 días entre dieta y gastos de representación. 


Lamentablemente nadie supo responder cuál fue el acumulado de ganancias de regalías que embolsó Iglesia en los doce años de los Marinero, pero sí sabemos que en los primeros diez facturaron $444.447.615. Es decir, muchos hospitales, casas y rutas que no se hicieron. 


Por suerte, la gente, el votante, las personas de a pie de Iglesia, los rechazaron con el voto. Lamentablemente la política los salvó, el bloquismo los salvó. Caselles lo hizo. En resumen, hay dirigentes políticos que deberían aprovechar las enseñanzas de los votantes. Si a Caselles le queda algo de responsabilidad, debe echar mañana mismo a los Marinero de la Cámara de Diputados. La deshonran.