Desde los principios de la educación se entiende por igualdad de oportunidades a las mismas posibilidades y condiciones que un individuo debe tener para alcanzar las aptitudes por las cuales pone en evidencia sus potencialidades y aprendizajes alcanzados. Estos no significan iguales resultados, pues, esfuerzos y méritos de cada persona acompañan sus decisiones hasta llegar a la vida adulta. Por lo tanto cada individuo debe asumir con responsabilidad, no sólo los compromisos que afronta, sino también cada acto de la vida diaria. Cualquier definición que contraríe la noción fundamentada basada en los principios esenciales de la educación está teñida y desvirtuada por factor político, ideológico y tendencioso que no responden al desarrollo propio de la naturaleza humana en cualquier estadio de su evolución psicofísica y/o espiritual y social. No sólo la historia de la educación en el mundo resume este concepto fundamental reforzado por una Pedagogía científica sino que se deduce de una noción de hombre donde los principios de igualdad, inclusión y libertad se extraen de la convivencia de toda sociedad diversificada en hábitos, costumbres y convencionalismos sociales propios de cada cultura, ya que el hombre es uno por naturaleza y humana su condición. En períodos de crisis económicas esta definición de igualdad de oportunidades resiste a todo enfoque e interés egoísta, materialista o pragmatista que pueda corromper las instituciones o las ideologías arribistas.
Una educación presencial siempre será sana, insustituible, inclusiva e igualitaria
Se afirma que de cada cinco alumnos solo uno tiene la posibilidad de conectividad a internet. Concepto que merece una revisión frente a la presencialidad de los aprendizajes escolarizados o no escolarizados, es decir, dentro o fuera de la escuela, institucional o social comunitario, áulico o extra áulico. La relación real es de cien a uno. Esa estadística miente y de ninguna manera debe obligar a las familias a una mayor conectividad cuando este es simplemente un recurso educativo y no un fin de la educación en sí. La mejor educación en el mundo es y siempre será presencial, no a distancia, pues los procesos de aprendizaje son compartidos y vivenciales, no individuales por lo virtual y artificiales. Está demostrado que toda comunicación virtual, digital o a distancia deshumaniza al hombre y lo destruye, quebrando los vínculos humanos al mismo tiempo que quita la garantía de afectividad. Sólo un paso para destruir la familia y la educación en la escuela y adherir al tan mentado movimiento de la desescolarización, término acuñado en la década de 1970 y usado por el educador John Holt, quien es considerado como el "padre de la desescolarización”. Junto a ello internet, que es "la madre de su complemento”, que implica, crecer sin escuela y a distancia. Una pretendida habilidad global que por los avances tecnológicos protagonizan el mayor encuentro "online” global sobre educación y el 5G, que promete una mayor capacidad de los dispositivos, mayor velocidad de la red y menor latencia cuando los científicos la critican y develan una realidad de una tecnología llamada a conectar todo el planeta que no por casualidad despierta una batalla comercial entre Estados Unidos y China y que se presenta sin parangón. Una educación presencial siempre será sana, insustituible, inclusiva e igualitaria, no por internet; y no rendirá culto a intereses en mega valores dinerarios que jamás participarán al pueblo y que crean fantasmas de educación ideal mostrando computadoras con barbijos en países orientales como modelo.
Por Mario Daniel Correa D’Amico
Profesor, filósofo y pedagogo