Trabajo digno, aplicación de políticas redistributivas legítimas son verdades que requieren confluir en políticas de Estado que sean transversales a los diferentes partidos políticos independiente de sus ideologías y tendencias.


"El acceso a un trabajo digno"", "la instrumentación de un sistema de seguridad social sustentable", "la definición de planes sociales integradores" y "la aplicación de políticas redistributivas legítimas", son verdades que requieren confluir en políticas de Estado que sean transversales a los diferentes partidos políticos independiente de sus ideologías y tendencias.


Hoy más que nunca, estas frases, que inconexas y tendenciosas forman parte del léxico de nuestros políticos; deben transformarse en pilares de un nuevo sistema laboral y previsional sustentable a futuro. La antinomia trabajo vs. capital que caracterizara los discursos de barricada de mediados del siglo pasado, debe suplantarse por consensos y políticas que integrando los cuatro conceptos permitan soñar con un futuro viable y equitativo.


El desafío no es menor, el problema aflige y azota al mundo entero, la pérdida de puestos laborales producto de la automatización e informatización de procesos, en paralelo a la concentración del capital, y el crecimiento en el promedio de vida poblacional, se muestran como procesos irreversibles con su nefasta consecuencia económico-social de una nueva casta de beneficiarios de planes y sectores pasivos empobrecidos, quienes pasan a constituirse en una carga social a ser financiada. (Argentina 12 % PBI).


Es intención de esta columna, a partir del análisis de cada una de estas verdades, efectuar una serie de consideraciones que permitan una visión global del problema más grande al que se enfrenta el mundo en el siglo XXI.


a) Acceso a un trabajo digno

El acceso a un trabajo digno y bien remunerado, requiere del cumplimiento de dos restricciones: "capacitación- voluntad de trabajar" por un lado y "una legislación laboral y previsional flexible", por el otro.


En relación a la primera restricción, un estudio comparativo, estima que la era informática requiere para el trabajador un nivel de capacitación 10 veces mayor al que representó la revolución industrial en su momento. El conocimiento requiere del desarrollo de tecnicaturas y carreras adaptadas a la demanda laboral, hoy principalmente orientada al sector de servicios, adaptarse a la demanda es hoy la clave. Programas educativos envejecidos, con poco nivel de exigencia, sumados a la pérdida del salto social vía educación que caracterizaba a la Argentina, son reveladores de nuestra inoperancia en este sentido.


En relación a la voluntad de trabajar, si bien la misma es inherente a cada individuo, es consecuencia directa del entorno social y sus pautas culturales, más de dos décadas de asistencialismo politizado, han diezmado la cultura del trabajo siendo quizás este el punto más difícil de solucionar en el largo plazo. 


b) Sistema previsional sustentable

Un estudio de la O.N.U. muestra que conforme a los parámetros de funcionamiento actuales de los sistemas previsionales del mundo, solo el continente Africano muestra una estructura poblacional adecuada para el financiamiento de pasivo por número de trabajadores activos. El desempleo, el crecimiento del trabajo autónomo, el uso indebido de fondos previsionales y el crecimiento de vida promedio y el envejecimiento poblacional, entre otros factores han aniquilado un sistema concebido para otro siglo y realidad. Corresponde a los líderes mundiales definir un nuevo sistema de contención social que permita el financiamiento del sector de jubilados. Una política diferencial de aportes conforme a niveles salariales y edad, la afectación de impuestos específicos al financiamiento del nuevo sistema, entre otras medidas, podrían ser la solución. Mantener las actuales edades de jubilación, el actual costo previsional y la asignación indiscriminada de jubilaciones sin aportes, más allá del rédito político para el gobernante de turno, no presagia un buen destino.


c) Definición de planes sociales integradores

Usados a nivel mundial como una herramienta exitosa y coyuntural de política económica, con el objetivo específico de capacitar al desempleado proveniente principalmente de sectores productivos agro-industriales, fue adoptado en nuestro país como una herramienta de política económica de largo plazo que con fines político-electorales que profundiza la pobreza estructural y desalienta a quien tiene la voluntad de trabajar. Su entrega indiscriminada y demagógica, dista mucho de su génesis, y requiere una inmediata reformulación a fin de adecuar el sistema. Los sucesivos populismos de turno han malinterpretado la herramienta, la cual requiere cada vez de mayor presión fiscal o emisión con sus inefables secuelas de inflación y pobreza. El tratamiento de los distintos proyectos de ley de salario social hoy en debate en el Congreso son una muestra de la falta de ingenio y cronicidad de estas medidas. 


d) Políticas redistributivas legítimas

Impuesto a la renta inesperada, Impuesto solidario, sobre-aranceles de exportaciones, e impuestos legislados por única vez, son muestras de la falta de previsión y responsabilidad en la aplicación de políticas redistributivas legítimas y sustentables. Evidentemente el sistema potenciado por el desarrollo tecnológico ha propiciado la exclusión social. En este contexto, el Estado debe intervenir en defensa de los que verdaderamente necesitan ayuda, disminuyendo gastos estatales para destinarlos a estos sectores. Los sujetos pasibles de estos impuestos que, hoy en diversas variantes aplican todos los países del mundo, deben tener la certeza que los mismos financian programas integradores para los excluidos por el sistema, la presión impositiva tiene que transitar en paralelo a la capacitación e inclusión de los más necesitados. Las políticas de subsidios de tasas para inversiones y subsidios energéticos a empresas deben reconocer la realidad del mercado laboral y no sujetar el otorgamiento de los mismos a restricciones de imposible cumplimiento, se deben privilegiar, apoyar y potenciar las actividades mano de obra intensiva. Las políticas redistributivas basadas en impuestos con destino a rentas generales deben ser suplantadas por regímenes con destino específico y transparentadas en su funcionamiento. 


Han sido esbozados los cuatro aspectos que deberían ser considerados en cualquier Programa laboral y previsional que se precie de inteligente y sustentable, el mismo requiere de consensos y declinación de intereses sectoriales. La clase política en su conjunto, el sector empresarial, el sector gremial y cada uno de los habitantes con potencial de trabajo de nuestro país deben estar a la altura de las circunstancias. 


Legislación laboral y previsional

En relación a "la legislación laboral y previsional" se requiere de una fuerte revisión. Fundada en la problemática de inequidad entre partes, de mediados del siglo XX, hoy no es una herramienta que permita hacer frente al flagelo de desempleo actual. 


La otrora ponderada estabilidad laboral se constituye en una barrera de ingreso al mercado laboral formal. El costo laboral y su carga indemnizatoria se constituyen en el principal causante "del no empleo". Los vetustos conceptos de in dubio pro-operario y derechos adquiridos, solo son defendidos en forma incondicional por un sector gremial, antidemocrático y politizado que privilegiando la defensa de sus intereses corporativos son cómplices de un mercado laboral cada vez más reducido. 

Carlos Pujador 
CPN