La situación que se presenta en Chubut luego de las elecciones muestra una penosa realidad, que genera incertidumbres en el escenario nacional en caso de repetirse este panorama en octubre próximo. Mesas impugnadas y denuncias cruzadas se vienen sumando desde hace más de una semana sin lograr un escrutinio definitivo.
A siete meses de los comicios nacionales, los tres integrantes de la Cámara Nacional Electoral, Rodolfo Munné, Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, expresaron su inquietud por la falta de certezas sobre las reglas que se aplicarán en el proceso electoral, advirtiendo que podría haber complicaciones al momento del escrutinio, especialmente en las primarias previstas para el 14 de agosto. Lo que más preocupa a los camaristas es que aún no se han dictado normas esenciales para organizar las primarias generales y obligatorias. Aún no se conoce el presupuesto que tendrá cada partido ni la forma en que se distribuirá el dinero entre cada línea interna, cómo rendirán cuentas o cuáles son los topes de gastos. Ni siquiera está determinado si cada sector podrá enviar sus fiscales a las mesas o cuáles serán los espacios de publicidad con los que contará cada agrupación. Tampoco se definieron si las boletas podrán llevar fotos de personas fallecidas relacionadas con los partidos que se presentarán, o de los candidatos actuales.
Los jueces advierten que el proceso de las primarias, convocadas para el 14 de agosto, será más complejo que el que se emplea en Estados Unidos o en Uruguay. Es que, mientras en esos países los ciudadanos pueden optar entre dos precandidatos de dos o tres partidos, en Argentina, en el mismo día y en cada mesa, el ciudadano tendrá frente a sí numerosas boletas, una por cada línea de cada partido que le propone nueve categorías de candidatos. Al no haber definiciones sobre aspectos tan conflictivos, la ciudadanía observa demasiada desorganización y confusión.
Con la nueva ley electoral, se redujo un poco el número de partidos, pero igualmente hay 37 partidos de orden nacional y 498 de distrito. Además, no hay mucho tiempo entre las elecciones primarias y las generales, limitando la capacidad de campaña para quienes se impongan en la interna, dejando poco tiempo para hacer el escrutinio controlado, haciendo factible el fraude. Nos encontramos ante un proceso demasiado complejo, el cual requiere que el Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional brinden respuestas claras para que la democracia se profundice sobre las bases de la verdad y la justicia.