Algunos países latinoamericanos del Grupo de Lima, que hasta ahora han exigido la renuncia inmediata sin condiciones previas del dictador venezolano Nicolás Maduro, están considerando un cambio de estrategia.


Ante la ausencia de una rebelión militar que destituya a Maduro y restablezca el orden democrático, varios miembros del Grupo de Lima están considerando tender puentes con el Grupo de Contacto Internacional liderado por la Unión Europea para negociar con el régimen de Maduro y acordar elecciones libres con supervisión internacional este año, dicen fuentes diplomáticas.

Maduro y Guaidó se disputan la conducción del país en medio de una gran incertidumbre.


El Grupo de Contacto ha estado más abierto a la idea de negociar con el régimen de Maduro para buscar elecciones con supervisión internacional en Venezuela.


"El cálculo nuestro falló: pensábamos que Maduro iba a caer mucho más rápido", dijo una fuente del Grupo de Lima. "Puede que sea el momento de empezar a buscar otras formas de lograr el mismo objetivo".


Los diplomáticos latinoamericanos y europeos están de acuerdo en que hay un estancamiento político en Venezuela que amenaza con prolongarse y costar muchas más vidas a medida que la crisis humanitaria del país continúa deteriorándose.


Maduro controla el Ejército, pero no es reconocido por Estados Unidos y gran parte del mundo occidental. Y las crecientes sanciones petroleras de Estados Unidos han cortando la principal fuente de ingresos del régimen de Maduro.


Por el otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, es apoyado por el 61% de los venezolanos, contra un 14% que respalda a Maduro, según una encuesta reciente de Datanálisis.


Y Guaidó es reconocido por más de 50 países como el líder interino de Venezuela, lo que le da un control sobre activos venezolanos en el exterior.


Ambos lados piensan que el tiempo está de su lado. Maduro espera que los venezolanos pierdan la esperanza en Guaidó, y que eso haga que se vayan del país millones más de venezolanos. Como ocurrió en Cuba, eso dejaría a Maduro con menos bocas que alimentar, y una población más fácil de controlar políticamente.


Por otro lado, el Grupo de Contacto Internacional de la representante europea Federica Mogherini, apoyado ocasionalmente por Uruguay y México, ha mantenido conversaciones secretas con colaboradores de Maduro sobre un posible acuerdo para realizar elecciones con supervisión internacional.


¿Dónde deja todo esto a Guaidó? El presidente de la Asamblea Nacional hasta ahora ha descartado las negociaciones con Maduro porque, además de haber sido elegido de manera fraudulenta y no ser un líder constitucional, Maduro siempre ha usado todas las mediaciones internacionales anteriores para ganar tiempo y reprimir aún más a la oposición democrática.


No me sorprendería si en las próximas semanas veamos un acuerdo entre la Unión Europea y América latina, apoyado discretamente por Estados Unidos, para seguir una estrategia de dos carriles: aumentar las sanciones internacionales contra Venezuela, y al mismo tiempo ofrecer a Maduro y sus generales una salida decorosa mediante elecciones libres con supervisión internacional. Para bien o para mal, por ahí van los tiros.


Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.