El informe de Bachelet señala que el régimen de Maduro admitió oficialmente 6.856 asesinatos entre 2018 y 2019.

El informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre Venezuela es lo más devastador que se ha visto en materia de crímenes de estado desde los días de las dictaduras militares sudamericanas de los años setenta. Entonces, ¿por qué tantos autoproclamados luchadores de los derechos humanos siguen guardando silencio sobre las miles de ejecuciones extrajudiciales en Venezuela?

El informe de la ONU dice que ha habido al menos 6.856 muertes sospechosas de opositores durante operaciones de seguridad del gobierno venezolano en el período de 17 meses que terminó en mayo de 2019. Muchas de ellas fueron ejecuciones, según el informe.

Esa cifra es más del doble del número de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas durante la dictadura de 17 años, de 1973 a 1990, del dictador chileno Augusto Pinochet. Y también es comparable a las desapariciones forzadas durante períodos similares durante la dictadura de Argentina, de 1976 a 1983. Y, sin embargo, ¿dónde está la indignación de muchos de los autoproclamados defensores de los derechos humanos que han denunciado -con razón- las atrocidades de las juntas militares derechistas de los años 70?

Para ser más precisos:

 

  • ¿Dónde está México? México condenó en el pasado los abusos de los regímenes militares de América del Sur, e incluso rompió relaciones diplomáticas con Pinochet en 1974. Entonces, ¿por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador ahora se niega a condenar categóricamente los asesinatos en masa de Maduro, y se ha proclamado "neutral” sobre Venezuela?
  • ¿Dónde está el candidato presidencial de Argentina, Alberto Fernández, y su candidata a la vicepresidencia -y poder detrás del trono-, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner? ¿Por qué no hemos escuchado de ellos una condena categórica y sin tapujos del terrorismo de estado en Venezuela?
  • La expresidenta Fernández de Kirchner construyó gran parte de su carrera política denunciando la dictadura argentina, aunque no se le conoce un activismo opositor en esa época.
  • ¿Dónde están el presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, y su antecesor, José Mujica? ¿Dónde están los expresidentes de Brasil Dilma Rousseff y Luis Inácio Lula da Silva? Hasta el momento tampoco han mostrado su indignación por los crímenes citados en el informe de Bachelet.
  • ¿Dónde está el candidato a la candidatura presidencial demócrata de EEUU, el autoproclamado socialista Bernie Sanders? Todavía no lo he oído hablar sobre el informe de la ONU.

Como es habitual, los aliados de Maduro tratan de defenderse tildando a sus críticos de "derechistas”. Pero esa excusa es risible: las organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado igualmente los abusos cometidos por dictaduras de izquierda y de derecha, al igual que lo hemos hecho muchos periodistas.

Así que aquí va el mensaje que López Obrador, Cristina Fernández de Kirchner y otras figuras políticas deberían escuchar: si no denuncian categóricamente los asesinatos en masa del régimen de Maduro, tienen cero autoridad moral para pronunciar las palabras "derechos humanos”.

 

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.