Con el 8,5% de la población mundial, la región concentra el 27% de los homicidios que tienen lugar en el mundo, según la importante encuesta Latinobarómetro, que se realiza desde 1995. Anualmente son consultadas más de 20.000 personas y en 2010 el trabajo de campo fue realizado entre septiembre y octubre.

Analizando los países más poblados de América latina, comenzando por Brasil, el 47% aprobó la política de seguridad pública del gobierno de Lula; 59% cree vivir en un país cada vez más inseguro y el 25% dice haber sufrido algún delito durante el año precedente. Pero al mismo tiempo, un sondeo reciente realizado entre los habitantes de las favelas, muestra que el 70% aprueba la decisión presidencial de ocuparlas con fuerzas policiales y militares para quebrar la influencia de los narcos.

En México, segundo país en población de la región, Latinobarómetro muestra que el 30% ha sido víctima del delito durante el último año; 54% aprueba la política de seguridad del gobierno; 35% cree que la inseguridad es el problema prioritario, alcanzando al 73% quienes creen que vive en un país cada día más inseguro. Esto sucede cuando el narcotráfico está provocando casi 10.000 muertes al año. Venezuela es el país de América latina, donde es más alta la prioridad por la inseguridad, alcanzando al 64% quienes piensan de esta manera; sólo 27% aprueba la política de seguridad pública; y el 71% dice vivir en un país cada vez más inseguro.

Colombia, es una excepción, ya que es el país de la región en el cual la opinión pública cree que la inseguridad pública está decreciendo. Sólo 39% estima que vive en un país cada vez más inseguro. La Argentina es el tercer país de la región por su PBI y el cuarto en población. Aprueba la política de seguridad del Gobierno sólo 14%; el 37% piensa que la inseguridad es el problema prioritario, porcentaje superior al de Colombia, Brasil y México, y solo inferior al de Venezuela. El 75% manifiesta que vive en un país cada vez más inseguro. En este marco, los incidentes violentos que han tenido lugar en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, si bien son manifestaciones de desigualdad y conflicto social, también son una expresión de la inseguridad pública imperante.

En un país preocupado y sensibilizado por la inseguridad, tanto la usurpación de espacios públicos como los enfrentamientos entre quienes los ocupan y los que viven en la zona, termina acentuando la percepción de inseguridad que actualmente padece gran parte de la población.