China, uno de los países donde más censura existe y donde Facebook y Twitter no son permitidos y Google tiene límites, ya está bloqueando toda noticia sobre la canciller Hillary Cinton, desde que anunció que EEUU va a invertir 25 millones de dólares para apoyar a blogueros y cibernautas víctimas de censura en varios países del mundo.

No se sabe a ciencia cierta quiénes o quién convocó virtualmente a la llamada "revolución china de los jazmines'', la que se suma a la convocada por la web de derechos humanos Boxun, que pide a los chinos que salgan a dar un paseo a las dos de la tarde cada domingo en 13 ciudades del país. Las evidencias indican que, entre el presupuesto de los 25 millones y la presencia del embajador, EEUU podría estar detrás de incentivar a los chinos para que emulen los alzamientos en Libia, Egipto, Túnez y los demás países árabes.

Si fuera así, se trataría de un hecho lamentable. Las protestas en el mundo árabe se han registrado por motu proprio, y el gobierno estadounidense no debería meterse ni siquiera aparentar de meterse, para que los gobiernos luego no tengan la excusa de reprimir por las injerencias del "imperio''. Lo mejor que ha sucedido hasta ahora, es que son los propios ciudadanos de esos países con la ayuda de las nuevas tecnologías y las redes sociales, que les han servido de medios e instrumentos, los que han incentivado las revoluciones debido a la falta de libertad, corrupción y altos índices de desempleo y opresión.

Washington debería seguir presionando a los gobiernos, como el de Libia, para que terminen las matanzas, limitarse a eso y evitar las fantochadas como las del embajador Huntsman, que busca publicidad para posicionarse en la escalera electoral. Una cosa es apoyar a cibernautas y blogueros y otra es participar directamente en las protestas.

Este embajador es tan desubicado como el cantautor cubano Silvio Rodríguez, que tiene una visión parcializada de la realidad o ignora cómo se mueve el mundo moderno, con Internet y las nuevas tecnologías, las que impactan en la población en forma extraordinariamente positiva, influenciando cambios tremendos en las sociedades cerradas, como el mundo árabe o en la sociedad china, abriendo espacios de libertad y democracia.

El fundamento de Internet está basado en la libertad, no solamente de expresión sino en la libertad de empresa, en la necesidad de que haya un sector privado pujante que permita el desarrollo tecnológico, la innovación y la creatividad, atributos que en los últimos años fueron aportados por grandes compañías privadas como Google, Microsoft, Apple, Cisco, Twitter, Facebook y otras del libre mercado. En este espacio el gobierno tiene solamente que imponer las reglas de juego y leyes y castigar a quienes usan las nuevas tecnologías para delinquir.

Silvio propuso en su blog que Barack Obama y Google construyan una red satelital para ofrecer Internet gratis a los países del tercer mundo. La propuesta tiene una visión de patronazgo de lo que significa el papel del Estado en la vida del ser humano, de ahí que prefiera que el gobierno se inmiscuya en las vidas de los ciudadanos, a pesar de que ello signifique que controle las libertades, como lo hace férreamente el gobierno de su país.

Desconoce que la gratuidad de un producto que otorga el Estado, se recupera mediante un impuesto que todos los ciudadanos pagan, una de las formas económicas más discriminatorias del Estado comunista.

"'INTERNET no necesita gratuidad, sino igualdad y libertad de acceso a los contenidos, algo que Cuba no respeta, ni respetará cuando tenga banda ancha gracias al cable submarino cedido por Chávez.''