Según resultados preliminares de un estudio de la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de Miami, que será publicado en noviembre venidero, este año los argentinos sólo serán superados por los venezolanos como el principal grupo de compradores extranjeros del área de Miami. En el 2011, los argentinos ocupaban el tercer lugar, detrás de los venezolanos y los brasileños.

Pero los argentinos están dejando una marca más importante que otros, porque las empresas constructoras argentinas están desarrollando algunos de los proyectos más ambiciosos del área de Miami.

El último fin de semana, el principal artículo de la portada del Miami Herald reportó sobre los hoteles y edificios de lujo que está construyendo el desarrollador inmobiliario argentino Alan Faena, cerca de South Beach. Según el artículo del Herald, Faena está convirtiendo una zona letárgica de Miami Beach en el "’nuevo y fulgurante epicentro de la ciudad”. El precio del penthouse del edificio Faena House cuando esté listo se estima en 50 millones de dólares.

Otro artículo reciente del Miami Herald había presentado a la familia Melo, de Argentina, un grupo de desarrolladores de inmuebles está modernizando el área de Edgwater, cerca del centro de Miami. "’Una explosión inmobiliaria en Edgwater, el próximo distrito de moda en Miami”, decía el titular del diario.

Eduardo Constantini, uno de los más importantes empresarios argentinos del sector inmobiliario, está terminando una comunidad cerrada (country) en Key Biscayne "’el primer nuevo proyecto allí en 13 años”, dicen los medios, y también está construyendo un enorme proyecto de lujo en Bal Harbour. Otros empresarios argentinos, uruguayos y chilenos están construyendo apartamentos de lujo, muchos de los cuales están vendidos con antelación, precisamente, a ansiosos compradores argentinos.

Martín Redrado, quien fue presidente del Banco Central de Argentina entre 2004 y 2010, no pareció sorprendido cuando le conté sobre las nuevas oleadas de compradores argentinos en Miami. "’No hay confianza en Argentina, porque nuestras políticas económicas son improvisadas, erráticas y cambiantes”, me dijo Redrado. "’Es como en Venezuela, en menor escala”, agregó.

Mi opinión: Lo más preocupante de la Argentina es que, en vez de usar los ingresos de las exportaciones de materias primas para mejorar la educación, la salud y la infraestructura, tal como está haciendo Brasil, el gobierno sigue derrochando dinero en subsidios pasajeros, y vendiendo la idea de que todo está bien. Pan para hoy, hambre para mañana. Mientras tanto, los inversores de este país huyen a comprar apartamentos en el exterior.