El auto de Devoto en plena acción y la figura del memorable piloto.


Hubo un destacado corredor de autos -de los mejores-, llamado Julio Gelón Devoto, cuya figura aún no ocupa el lugar que merece, en el panteón de los grandes deportistas. De buena presencia, conversaciones amenas y conocedor de la geografía sanjuanina. Tenía un don o magia en sus muñecas, que sus ocasionales adversarios temían y admiraban. Devoto realizó hazañas automovilísticas que todavía resuenan en la memoria de las generaciones mayores, amantes de los "fierros''. De cuna italiana, nació en Buenos Aires, en octubre de 1915, siendo sus padres don Fortunato Devoto y doña María Villegas Martínez. Don Fortunato tiene una historia de vida pródiga en obras y acciones, como que una calle del departamento Rawson lleva su nombre, siendo en alguna ocasión intendente de Pocito. En cuanto a nuestra figura diremos que fue un hombre variado en sus actividades, pero descolló en el automovilístico, junto a su otra pasión que fue la caza. Más o menos comenzó a correr en 1944, pero sus éxitos sobrevendrían en la década de 1950 y 1960. Basta con leer en diarios de la época las crónicas deportivas, para advertirlo. Entabló vínculos con Juan y Oscar Gálvez, Oscar Cabalén, Carlos Zatusceck, Marcos Ciani, Juan Carlos Navone el mismísimo "Chueco'', Juan Manuel Fangio y otros tantos pilotos con categoría de héroes. Hincha incondicional del club "Gimnasia y Esgrima'', se hacía llamar "Ampacama'', o "Ampakama'' un vocablo para algunos lingüistas de origen huarpe. Utilizó ese alias con el propósito de que sus familiares no se enteraran que corría. Además, tal expresión indica una extensa zona geográfica local, abrupta y algo desierta por donde nuestro hombre salía de caza en un vehículo liviano llamado "guanaquera'', que él mismo inventó. En este sentido, Julio hizo honor a estas cualidades, logrando como pocos, ubicar a San Juan en la esfera de la admiración popular. Esto, debido a su tremenda intrepidez para pilotear autos de la categoría Turismo Carretera. Corrió a lo largo de su corta vida distintos grandes premios, como aquella célebre carrera llamada "Gran Premio América del Sur'', que unió Buenos Aires con Caracas, la cual se dividió en dos extensos tramos. Esta gloriosa carrera fue ganada por Domingo Marimón.

Devoto protagonizó un importante papel. Estaba en cuarto lugar, pero tuvo que abandonar por desperfectos mecánicos. Otros circuitos donde dejó pasmado al gran público fueron los autódromos de Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca, el "Premio Vendimia'' en Mendoza, el "Gran Premio de la República'', lógicamente el circuito de nuestra provincia y numerosas pistas más. También intervino en las memorables carreras San Juan-Coquimbo-San Juan. En total ganó 12 carreras de Turismo Carretera, asombrando con su pericia para correr por su temeridad e inteligencia. En cuanto al "Gran Premio América del Sur'', un testimonio de su profesionalismo lo brindó el "Aguilucho Gálvez'', en ocasión de realizarse una carrera en la "Quebrada de Zonda'', donde Julio fue el "héroe de las curvas''. Gálvez expresó: "Mirá viejo, si al loco Devoto lo llegaba a asistir una escudería como la gente hacía capote! ¡qué bárbaro! Julio Devoto falleció en junio de 1973, en circunstancias muy trágicas. Creo a mi parecer, que albardoneros o no y todo aquel que conozca el perfil de Julio desearía que el autódromo internacional del Villicum, llevara el glorioso nombre de "Julio Devoto''.

Nuestra figura tiene méritos y laureles a raudales. Quienes administran o disponen de este aclamado circuito les pido que consideren esta idea. (Agradezco al hijo de Julio Devoto, Fortunato, el haberme permitido amablemente hablar con él y facilitarme documentación).

Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia