Si se pudiera llegar a medir la calidad de la justicia en América latina, sería un gran acierto para quien lo haga, pues la actual situación social planteada en el continente requiere de resultados concretos para dar respuestas a tantas expectativas.
Aunque los informes mencionan que el nivel de profesionalización de los jueces tendría una incidencia efectiva sobre las diferentes dimensiones de la independencia judicial y, en general, sobre el desempeño de los Poderes Judiciales en la región, la investigación empírica, sistemática y comparable, es prácticamente inexistente.
Estudiar las relaciones entre la actividad parlamentaria y la dinámica del conflicto social en el curso del procesamiento de las principales leyes debatidas en los diversos escenarios legislativos, observan a los asambleístas en curso de todas las votaciones sobre proyectos de leyes con alto impacto para la vida y convivencia social, en un estado de obligación por la sanción que en momentos determinantes parecieran incompatible con la aplicabilidad de las normativas en la administración de justicia por parte de jueces. Por ello no es desacertada y por cierto muy oportuna la intervención y alocución papal respecto a la demanda y observancia de la misma para la concreción de ella pese a las presiones del contexto que aparece como amenazante en tales determinaciones.
El papa Francisco pidió a los jueces no caer ‘en la telaraña de la corrupción’ y, además, asumió saber que los jueces ‘sufren presiones y coacciones’ y para ello consideró que la Iglesia ‘debe meterse en la gran política’.
La Justicia tiene fines elevados que tienden al equilibrio de la humanidad. Transmite al mundo una verdad material y espiritual. y en el Papa encuentra el emisario ideal que le permitirá la comunicación. Ya anteriormente, en 2013, Francisco sostuvo: ‘Dígame: ¿se puede vivir aplastados en el presente?, ¿sin memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse al futuro construyendo un proyecto, un porvenir, una familia? ¿Es posible seguir así? Este, según yo, es el problema más urgente que la Iglesia tiene ante sí’, sostuvo entonces Bergoglio.
De este modo, las reflexiones del Papa sobre la justicia en el mundo y la misión de la Iglesia siempre han estado presentes. Fue así como en la oportunidad en que el Santo Padre expresó que ‘en general, la conciencia (en la Iglesia, sobre este tema) existe, pero no basta. Me gustaría que fuese más amplia. No es el único problema que tenemos por delante pero es el más urgente y el más dramático’.
