Aunque el reporte no hace recomendaciones concretas, incluye explícitamente la despenalización de la marihuana entre los posibles escenarios que se pueden dar en Latinoamérica en el futuro próximo. En otras palabras, pone esa opción sobre la mesa, en lo que probablemente sea la primera vez que una organización internacional considera la despenalización del consumo de marihuana como una estrategia válida.
El informe pide "’mayor flexibilidad” en las políticas antidrogas, y señala que "’hay tendencias que tienden a la despenalización o legalización de la producción, la venta y el uso de la marihuana”. Y agrega que "’tarde o temprano, habrá que tomar decisiones en esta área”. Por el contrario, dice que la despenalización o legalización de otras drogas mas duras, tales como la cocaína, no sería una buena idea. La marihuana no es más dañina que el alcohol o el tabaco, explica, pero no es el caso de la cocaína y otras drogas.
El secretario general de la OEA José Miguel Insulza me dijo que el informe tan sólo presenta escenarios, y "’trata de no inclinarse por ninguna variante”. Pero que existe un acuerdo entre los expertos en que hay que tratar a las drogas ilícitas como un problema de salud y no de orden público o delictivo. "’Si una persona está enferma, no se la manda a la cárcel”, me dijo Insulza. "’Tiene que tener un tratamiento especial. Tienen que tratarlo por una grave adicción, que tiene que superar”.
Este informe sale a la luz después de que varios presidentes latinoamericanos, han pedido cambios en la "’guerra contra las drogas” respaldada por Estados Unidos, que ha dejado una secuela de decenas de miles de muertes en los últimos años. Esos pedidos se han intensificado desde que los estados de Colorado y Washington aprobaron el año pasado el uso recreativo de la marihuana. Varios ex presidentes, tales como Fernando Henrique Cardoso de Brasil, César Gaviria de Colombia, Ricardo Lagos de Chile y Ernesto Zedillo de México -miembros de la Comisión Global sobre Política de Drogas, un grupo no gubernamental- celebraron el contenido del informe de la OEA.
Este informe se debatirá en la Asamblea General de la OEA que se celebrará en Guatemala en junio. El estudio pondría en marcha un proceso diplomático que llevaría a revisiones en las convenciones de las Naciones Unidas que declaran ilegales a varias drogas. La Asamblea General de la ONU tiene programada una Sesión Especial sobre Drogas en 2016.
Pero despenalizar el consumo de marihuana podría ser un paso conveniente. En vez de mandar a la cárcel a los fumadores, llenándolas con jóvenes que allí son reclutados por criminales, podríamos usar esos fondos para lanzar campañas masivas contra el consumo.
En ese sentido, la OEA dio un paso en la dirección correcta. La "’guerra contra las drogas” de EEUU no está funcionando -a tal punto, que el propio presidente Obama ha dejado de emplear esa expresión- y hay que buscar nuevas alternativas, para ver si funcionan.