Después de un año y medio de recesión, la economía de la Eurozona volvió a crecer a partir del segundo trimestre de este año y trajo alivio no sólo a la Unión Europea sino a la economía mundial que temía por la gravedad de los colapsos puntuales, todavía sin resolver, y su proyección global.
Para salir de la recesión, la Eurozona se apoyó principalmente en la economía alemana, que creció 0,7 % en el segundo trimestre de 2013 respecto al primero, según la Oficina Federal de Estadística. Por su parte, el PBI de Francia avanzó 0,5% en el segundo trimestre, tras la caída de 0,2% entre enero y marzo, lo que fue validado por el Instituto Nacional de Estadística galo. Fuera del área de la moneda única, el Reino Unido registró un crecimiento de 0,6%, frente al 0,3% del primer trimestre.
No obstante estos números generales positivos del mayor bloque económico del mundo, en el primer semestre continuaban en recesión seis países de la UE, entre ellos algunas de las mayores economías del euro como Italia con -0,2% y España -1,7%, de crecimiento negativo. También registraron retrocesos los Países Bajos (-0,2%), Suecia (-0,1%), Bulgaria (-0,1%) y Chipre (-1,4%). De los países rescatados, Portugal registró un crecimiento del 1,1% en el segundo trimestre, el mayor de toda la Eurozona, en tanto no se dispone de información sobre Grecia e Irlanda, ambos con crisis irresueltas.
Salir de la recesión, según cifras técnicas, no quiere decir que el tremendo impacto que sufrió la población desaparezca de un día para otro. La situación social por el desempleo, los recortes asistenciales y salariales y otras medidas extremas, demandará políticas activas para revertirla, y llevarán su tiempo.
