Según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), la economía de la región crecerá 4,2% este año, tras un crecimiento del 6% en 2010. Se espera que Panamá crezca 7,5%, Chile y Perú 6% cada uno, la República Dominicana y Uruguay 5%, Argentina 4,8%, Brasil 4,6%, Bolivia 4,5%, Colombia 4%, México 3,5%, Costa Rica y Guatemala 3% cada una, y Venezuela 2%, según la Cepal.

En varios países, este será el octavo año consecutivo de constante crecimiento, verdadera proeza en medio de una crisis económica mundial. El crecimiento regional, en parte gracias a sus ventas de materias primas a China, lleva a la mayoría de las consultoras internacionales a pensar que, esta vez, la región se encamina hacia un crecimiento de varias décadas.

El informe del Banco Mundial, "Más allá de bonanzas y crisis”, sugiere que ya no es válida la creencia generalizada en los economistas de que los países que dependen excesivamente de pocas materias primas -como Venezuela, o Nigeria- tienden a volverse populistas, corruptos, autoritarios y, más pobres. "Las evidencias sugieren que, en general, los recursos naturales pueden ejercer sin dudas un impacto positivo en el crecimiento”. Traducción: las exportaciones de materias primas salvaron a Latinoamérica del impacto de la crisis mundial, y pueden impulsar un largo crecimiento. Países ricos, como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, han demostrado que los exportadores de materias primas pueden llegar al Primer Mundo, y muchos países latinoamericanos seguirían esa misma senda.

Pero a mediano y largo plazo, hay tendencias negativas. En vez de usar el actual ciclo de crecimiento para invertir en infraestructura, educación, innovación y otras áreas que les permitirían diversificar sus exportaciones, los países latinoamericanos están derrochando sus ingresos en subsidios al consumo, y son cada vez más dependientes de sus materias primas.

La dependencia de Brasil de las materias primas y manufacturas derivadas aumentó del 51% de las exportaciones totales, a principios de la década de 1980 hasta el 59% actual y en ese lapso Venezuela subió del 92% de las exportaciones totales al 97% actual. En los últimos diez años, las exportaciones de materias primas de región aumentaron del 27 al 39% de las exportaciones totales.

Osvaldo Rosales, de la Cepal, dice que."’aunque uno no conoce en la historia económica casos de desarrollo exitoso sin diversificación productiva y exportadora, vemos con preocupación que la estructura exportadora de la región tiende a concentrarse cada vez más en commodities”. Eso es peligroso, porque el boom podría llegar a su fin en esta década, y porque estas exportaciones producen menos empleos duraderos.

Mi opinión: Aunque es bueno innovar para mejorar las exportaciones de materias primas, y también es bueno elaborar productos cada vez más sofisticados a partir de las materias primas, es peligroso poner todos los huevos en la misma canasta. Para seguir la senda de países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, hay que invertir más -y sobre todo mejor- en todo aquello que ayude a la diversificación. De otra manera, lo que vemos ahora será tan solo otra burbuja, condenada a estallar en el futuro próximo.