¿Cómo era Jesús? La concepción artística de diversos pintores y escultores ofrece una imagen cambiante y a veces contradictoria. Mientras algunos clásicos del pincel se deleitan con la figura de un hombre angelical, de cabellos castaños y barba rizada, otros lo representan como un hombre austero, de inigualable pureza, ojos no tan oscuros, de extrema delgadez y perfil de filigrana. La cuestión no es nueva para los teólogos a través de los siglos.


Si el manto de Verónica muestra los contornos de una fisonomía severa, transfigurada por el dolor y transida por una sensibilidad extraterrena, resulta difícil conocer la verdadera estatura del Redentor y menos aún su rostro incluso a través de las estimaciones más capaces. ¿Era realmente un hombre relativamente alto, dueño de una armonía física solemne? ¿Poseía por el contrario, una figura menuda de apenas 1,62 metros de estatura, esquemáticas facciones y físico pequeño?

Monseñor Guido Ricci, archivista de la Congregación Episcopal de Roma, a lo largo de 15 años , analizó el Santo Sudario que envolvió a Jesús cuando fue descendido del Gólgota para ser sepultado y que se encontró junto a la tumba tras el milagro de la resurrección sometiéndolo a diversos estudios. Con el profesor Nicolo Miami, experto en anatomía de la Universidad del Sagrado Corazón, explicó que el Santo Sudario fue colocado sobre el cuerpo de Cristo cuando el cadáver había adquirido la rigidez mortal. Las articulaciones del tronco, los miembros, especialmente las piernas, después de una larga suspensión en la cruz, cedieron. Para adherir el lienzo a estas dilataciones, se necesitó formar algunos pliegues en la tela, que falsearon la proporción anatómica. Basta adherirla a todas las curvaturas del cuerpo para llegar a la proporción justa.


Otro científico, R. W. Hynek, después de analizar todos los informes infirió que Cristo no podía medir más que 1.62 metros, que era el promedio de la raza mediterránea palestinense de la época. Lorenzo Ferri, otro de los estudiantes dijo que "En la actualidad no cabe dudas de que ése era el rostro de Jesús y también su cuerpo''. Este especialista realizó un minucioso estudio. "Es innegable: los rasgos de sus facciones, la contextura física, altura real- 1,83 metros-, longitud y musculatura de sus brazos y piernas eran de Jesús'', explicó. San Girolano y San Juan Crisóstomo lo visionaron de una belleza, armonía física y rasgos cautivantes; la ciencia a través de rayos X y espectográficos trata de rescatar su verdadero rostro.


¿Qué importa si Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre de aspecto excelso, o de perfección humana? El contenido espiritual legado por Él no deja lugar a la valoración de circunstancias fortuitas y casi insustanciales. La Majestad Divina que lo aureolaba, y su condición de Hijo de Dios, escapan a cualquier análisis antropológico.