La histórica casa del Maestro de América

Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor - Magister en Historia

Es habitual o tradicional, para nosotros, los sanjuaninos, mirarla en nuestros paseos citadinos, y más aún desde que se erigió esa viva figura del Maestro de América. La Casa de Sarmiento es un símbolo en el patrimonio histórico - cultural, no sólo porque fue la morada de don Domingo Faustino Sarmiento, sino además por su faceta arquitectónica. Su rústica edificación contiene un sinfín de historias que forjaron nuestro presente. Introducirse en ella es navegar por el pasado. Cada habitación o espacio posee memorias del pasado sarmientino y recuerdos de la época colonial local. En una de sus habitaciones, por ejemplo, nació don Domingo, es la misma que años más tarde sirvió de aula a la escuela a cuyo frente estaba Bienvenida, su hermana. En su patio solariego y rodeado de un cantero se levanta un retoño de la áspera higuera, la cual guareció los sueños de doña Paula, siendo callado testigo de tanto altruismo y afanes. También, entre otros y valiosos objetos, está el legendario telar, que permitió convertir en realidad el enorme empeño de esa trabajadora mujer. Esta casa, situada en el otrora barrio del Carrascal, fue erigida lentamente por voluntad de Doña Paula Albarracín cuando aún era soltera. La propiedad fue obtenida por herencia de su padre, don Cornelio Albarracín. Su primer diseño fue sencillo, una habitación única, dividida en un dormitorio y otra sala amoblada con dos mesas de algarrobo, sillas y dos grandes cuadros de Santo Domingo y San Vicente Ferrer. Esta edificación data de 1801. Un año después, cuando contrajo enlace con don Clemente Sarmiento, se fueron agregando las restantes habitaciones, conforme al crecimiento de la patriarcal familia. La obra concluyó en 1862 cuando don Domingo ocupó la gobernación de nuestra provincia. Treinta varas de frente por cuarenta de fondo constituían la extensión del solar, luego, don Clemente agrego otra parcela, lindante a la ya existente. Su construcción es la típica de la época, empleándose anchos adobes, techos de rollizos, caña y barro y sólidos pisos de ladrillos. 


El 7 de septiembre de 1910, el entonces presidente Roque Sáenz Peña, por Decreto Ley Nacional, obtuvo la propiedad. Después durante el gobierno de Victorino de la Plaza se creó el "Museo Histórico y Biblioteca Sarmiento''. Para ese entonces la majestuosa casa fue declarada Monumento Nacional, por las autoridades de gobierno. En 1938, al cumplirse el cincuentenario del fallecimiento de Sarmiento, fue fortalecida su construcción, no obstante que ya había resistido el violento sismo de 1894. Años más tarde, en 1956, cuando se había superado la tragedia del 15 de enero, se expropiaron los terrenos adyacentes para rodearla y embellecerla con jardines. Cuando se produjo el sismo de 1944 el ala norte de la casa, que colindaba con la antigua calle Entre Ríos, hoy Avenida Libertador, sufrió serios daños. 


Con la firmeza de quien en ella naciera, soportó firmemente los embates más furiosos que asolan el suelo sanjuanino. Los movimientos sísmicos sacudieron sus componentes materiales, pero no su valioso valor simbólico - intangible.